Formación de Seguridad Laboral 164

38 Marzo-Abril 2019 Más información: [email protected] Esquema 1. PRL en zonas atex La Dirección de Osborne está bastante concienciada en la inte- gración de una cultura de seguridad y salud basada, sobre todo y como no podría ser de otra forma, en la prevención de los riesgos laborales asociados a su actividad. En este sentido, den- tro de las empresas más emblemáticas del grupo, con uno de los riesgos de mayor relevancia por su gravedad, si se llegara a materializar, es Bodegas Osborne S. A., –sita en El Puerto de Santa María (Cádiz)– destaca el riesgo de incendio/explosión debido a la manipulación de alcohol etílico (etanol) a distintas graduaciones (por ciento volumen) para la elaboración de be- bidas espirituosas. El etanol es un compuesto orgánico de la clase de los alco- holes. Se trata de un líquido incoloro, con un olor característi- co y sabor ardiente. Es clasificado como estable, volátil y alta- mente inflamable. Los vapores pueden formar mezclas explo- sivas con el aire. La mayoría de los vapores de alcohol son más pesados que el aire. Por todo ello, se ha apostado, además de otras medidas orga- nizativas (permisos de trabajo, documento de protección con- tra atmósferas explosivas, control de equipos…), por la pre- vención, minimizando, e incluso eliminado, la posibilidad de for- mación de atmósferas explosivas en el interior de depósitos y colectores que contienen etanol utilizando el método de la inertización (“blanketing”) cuyo concepto de funcionamiento está basado en la creación de un ambiente hipóxico, es de- cir, reducir la concentración de oxígeno de una atmósfera na- tural añadiendo un gas inerte, en nuestro caso nitrógeno (N 2 ), de forma controlada hasta convertirla en una at- mósfera que impida que se pueda producir una deflagración. El objetivo, por tanto, es reducir y mantener la concentración de O 2 por debajo de la concentración límite de oxígeno (CLO o LOC o MOC), por lo que la reacción no puede ge- nerar energía para calentar toda la mezcla de ga- ses (incluido el gas inerte) en la medida necesaria para la autopropagación de la llama. A este res- pecto resulta imprescindible mantener un margen de seguridad entre la CLO y la concentración nor- mal de trabajo en el sistema, utilizándose, habitual- mente, entre 2-4 puntos porcentuales por debajo de la CLO. En nuestro caso concreto del etanol y usando como gas inerte el N 2 , según la NFPA 69, su CLO es 10,5 (% volumen), por lo que el punto de control debería situarse entre 6,5%-8,5%: Bo- degas Osborne ha decidido fijarlo en un 7%. Para que el sistema de inertización sea eficaz, se ha de garantizar el valor anteriormente establecido, ya que el control por presión utilizado (luego lo explicaremos) no es suficiente al no distinguir entre el O 2 , el gas inerte y los vapores inflamables. Por ello, la planta dispone de detección de O 2 , el cual paraliza la misma si obtuviese un valor por encima del 7%. Inertización de depósitos que contienen alcohol etílico (etanol) Arturo Molina Montado Jefe Área Seguridad y Salud Osborne

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