seguridad laboral 152

46 Abril 2017 Más información: [email protected] herramientas terminante en este punto es la disponibilidad y grado de venti- lación. En ocasiones, se establece una distinción entre el inte- rior de partes de instalaciones y su entorno. Respecto a la duración de la ATEX, se debe partir de la base de que no se debe permitir la existencia permanente de una atmósfera explosiva. Por tanto, se deben contemplar las medi- das necesarias, como sistemas de detección continua y medi- das control, para que la duración y volumen del escape siem- pre sea mínimo. Adicionalmente, para determinar la posibilidad de forma- ción de una ATEX, tanto en instalaciones nuevas como exis- tentes, habrá que considerar posibles anomalías o disfunciones ligadas tanto a los equipos (paradas del sistema de ventilación o enfriamiento, fugas de producto, averías previsibles de los equipos, paradas accidentales en la alimentación de producto, etc.), como al factor humano. Al evaluar el riesgo se tendrán en cuenta: las actividades rutinarias de proceso, contemplan- do todas las fases de la actividad (arranque, régimen de tra- bajo, parada, etc.); las actividades periódicas (limpieza, man- tenimiento, revisiones, etc.); los disfuncionamientos, averías y estados defectuosos previsibles; los posibles errores de ma- nipulación, etc. En ocasiones, se requerirá una evaluación in- dividual para cada proceso de trabajo o producción, así como para cada régimen de funcionamiento de la instalación y su modificación. En el caso de no poder valorar la probabilidad de existencia de la ATEX, se debe suponer que está siempre presente. Bibliografía 1. Real Decreto 681/2003, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos deriva- dos de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo. 2. NTP 369. 3. NTP 876 . atmósfera explosiva no debe considerarse en una sola ocasión y adoptando un punto de vista estático, sino que también es preciso tener en cuenta todas las con- diciones de funcionamiento que puedan derivarse del proceso de transformación. Una vez determinadas las características básicas de inflamabilidad y explosividad de las substancias o productos existentes en cada instalación, se debe analizar la posible formación y duración de la ATEX. La posibilidad de formación de una cantidad peligro- sa de ATEX vendrá determinada por la presencia, grado de dispersión y concentración de la sustan- cia o producto inflamable. Dicho cálculo se basa en analizar la frecuencia y duración con que se produ- ce la mezcla de la sustancia inflamable con el aire. El RD 681/2003 clasifica, siguiendo este criterio, las áreas de riesgo en las que pueden formarse ATEX en zonas. En esta etapa habrá que considerar además de la creación y duración de la ATEX, su probabilidad de formación y la cantidad. Se consideran áreas de riesgo aquellas en las que puedan formarse ATEX en cantidades tales que resulte nece- saria la adopción de precauciones especiales para proteger la seguridad y la salud de los trabajadores afectados. Cabe destacar que la clasificación en zonas de las áreas en las que pueden formarse ATEX debe tener en cuenta la fre- cuencia con que se produzcan atmósferas explosivas y su du- ración, en condiciones normales de explotación. Se entende- rá por condiciones normales de explotación la utilización de las instalaciones de acuerdo con sus especificaciones técnicas de funcionamiento. Se establecen tres niveles de probabilidad de formación de ATEX, respectivamente para gases, vapores o nieblas y para polvo combustible: zona 0 ó 20 (presente frecuentemente o tiempo prolongado), zona 1 ó 21 (formación ocasional) y zona 2 ó 22 (formación improbable o sólo un breve período de tiempo). En la tabla B se muestra el resumen de esta clasificación, en función del estado de presentación de las sustancias inflama- bles. Para dicha clasificación se procederá tanto a la identifica- ción y categorización (grado de escape continuo, primario o secundario) de las posibles fuentes de escape como a la deter- minación del alcance y extensión de las zonas. Un factor de- Respecto a la duración de la ATEX, se debe partir de la base de que no se debe permitir la existencia permanente de una atmósfera explosiva

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