seguridad laboral 154

26 Agosto 2017 prl en la industria qu mica cuenta la identificación de necesidades del establecimiento, y el diseño de la acción formativa basándose en las si- tuaciones de posibles riesgos de la in- dustria química. Por otro lado, las formaciones debe- rán ser eminentemente prácticas, con el fin de capacitar a los integrantes de los equipos de emergencia en el mane- jo de los sistemas de lucha contra in- cendios. Aquí se incluye tanto la eje- cución de la acción formativa, como la planificación para generar formación continua, evitando así que se realicen sólo formaciones concretas al inicio de la implantación del plan. Simulacros de emergencia En tercer lugar, se sitúa la realización de simulacros de emergencia, con el fin de evaluar el plan de autoprotección y asegurar su eficacia y operatividad, ade- más de identificar el grado de prepara- ción, aceptación, cooperación y confianza de los trabajadores, así como concienciarles de las consecuencias e importancia de sus actuaciones; entrenar a los equipos de emergencia; y com- probar el adecuado funcionamiento de los sistemas de protec- ción contra incendios. A la hora de organizar un simulacro se ha de considerar, por un lado, la periodicidad y alcance, con el fin de poner en prác- tica todas las situaciones de recogidas en el plan. Se deberá, en la medida de lo posible, recrear escenarios lo más reales posibles de modo que fomentemos la implicación de los tra- bajadores. Por otra parte, habrá que tener en cuenta el número de ob- servadores o evaluadores adecuado, de modo que extraigamos la máxima información del ejercicio; y contar con la participa- ción de la ayuda exterior (bomberos, policía local, etc.), con el fin de comprobar tiempos de respuesta, efectividad y grado de coordinación de las actuaciones que se tengan que realizar en- tre los equipos de emergencia internos y externos. Asimismo, con la realización de simulacros conjuntos se con- seguirá que los equipos externos se familiaricen con las instala- ciones y conozcan las zonas de especial riesgo, las vías de eva- cuación y los posibles accesos a la industria. Una vez realizadas todas las acciones descritas anteriormen- te, podremos afirmar que el plan está implantado. Mantenimiento del plan Aun así, es importante señalar que, para mantener la operati- vidad y efectividad del plan de autoprotección, se deberá esta- blecer un programa de mantenimiento, tal y como se indica en el anexo II “Contenido mínimo del plan de autoprotección” del Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, por el que se aprue- ba la Norma Básica de Autoprotección de los centros, estable- cimientos y dependencias dedicados a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia. El programa de mantenimiento deberá recoger, al menos, la revisión de la documentación del Plan de Autoprotección (con- figuración de los equipos de emergencias, medios materiales, teléfonos de emergencia, etc.), el reciclaje de la información y de la formación, la revisión del programa del mantenimiento de instalaciones y la organización de simulacros. En 2016 el balance de incendios en industrias en España au- mentó un 6% en relación al periodo anterior. En muchos casos, las instalaciones que los sufren quedan destruidas y sin posibili- dad de volver a la actividad, perdiéndose la productividad y los empleos, directos e indirectos. Cabe recordar los graves incen- dios que se produjeron en Alboraya, Ybarra (Dos Hermanas), Fandicosta (Moaña), o el del almacén de neumáticos en Seseña. De ahí la importancia de implantar y mantener adecuadamen- te estos planes, con el fin de minimizar los daños tanto materia- les como humanos. Es importante señalar que, para mantener la operatividad y efectividad del plan de autoprotección, se deberá establecer un programa de mantenimiento

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz