Formación de seguridad laboral 156

64 Diciembre 2017 FORMACION EN PRL Más información: [email protected] En la actualidad ser técnico superior de prevención de riesgos laborales es una de las profesiones más apasionantes que exis- ten, pero también una de las más denostadas. ¿Cuál es la razón de esta paradoja? Es en 1997, cuando se aprueba el Reglamento de los Servi- cios de Prevención, cuando comienzan a proliferar de manera incontrolada entidades que impartían en ese momento el llama- do Máster de Prevención de Riesgos Laborales sin más requisi- tos que tener una titulación universitaria. Sin embargo, ¿alguien se preguntó si esa formación era adecuada o suficiente? O si, por el contrario, ¿era más bien una formación que venía a cubrir un vacío generado por una legislación, desde todos los puntos de vista, ambigua e inconexa? A nuestro juicio, la formación que se ofrecía no era ni ade- cuada ni suficiente para lo que se espera de un técnico de pre- vención. Éste es una especie de oráculo de Delfos al que todo el mundo acude, generalmente, cuando hay un problema. Se da por sentado que un técnico de prevención tiene que saber de casi todo. Así, por ejemplo, si tenemos un problema eléctri- co, nadie se cuestiona que él no tenga la solución, de igual for- ma si el resultado es que una estructura colapsa debido a que está mal calculada, nadie dudaría en preguntarle ¿qué ha pasa- do? Pero, ¿qué ocurre cuando, además, hay un accidente con le- siones graves o incluso mortales? Se da por sentado que el ex- perto en la materia, el conocedor de las leyes, normas técnicas de aplicación e incluso de si habrá o no respon- sabilidades penales derivadas del caso, es el téc- nico de prevención. Y todo eso con una forma- ción de 600 horas. Afortunadamente, el sentido común hizo que la competencia en formación en materia preven- tiva fuera trasferida a las universidades en el año 2010 (Real Decreto 337/2010). Esto permitió re- gular y estandarizar una formación de tal forma que todo el mundo tuviera un mismo y único juez: ANECA. La pregunta que ahora tenemos que hacernos es: ¿esta formación es actualmen- te necesaria y suficiente? A este respecto, la res- puesta no es sencilla. Depende de dónde hayas estudiado. Posiblemente, los estudios que un téc- nico de prevención ha realizado son legalmente habilitantes, pero en muchos casos no lo serán profesionalmente, por lo deficiente de la forma- ción recibida. Debemos de ser conscientes que el mercado está ofreciendo títulos oficiales, pero posiblemente algún día poda- mos comprar incluso títulos nobiliarios, pero eso no nos hará ser unos buenos técnicos de prevención. Formación integral ¿Y cómo ha de ser la formación de técnico de prevención? Un técnico de prevención ha de tener una formación integral, tanto técnica como humanística. Ha de ser dueño de sus emociones, ya que a lo largo de su vida profesional enfrentará con situacio- nes que nadie o muy pocas personas, en condiciones norma- les, se encontrará, como puede ser la muerte de un compañero y es ahí en ese momento donde tendrá que poner encima de la mesa todo ese conocimiento teórico-práctico que le permita hacer frente a la situación y no sentirse culpable. Su trabajo no es evitar los accidentes, sino otro mucho más difícil: conseguir que se integre la prevención en el proceso productivo y para eso se precisan de unas habilidades que no las tiene, incluso con Francisco Javier Tarín Profesor Asociado Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales-Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) Fermín Torrano Director Académico Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales-Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) Es tu vida, idiota (y la de los demás) Un técnico de prevención tiene que ser motor de cambio en su organización, tiene que ser capaz de remover conciencias

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