seguridad laboral 158
116 Abril 2018 PRL EN el sector limpiezas y gestion de residuos Más información:
[email protected] mos con alturas notables que pueden provocar el levantamien- to de cargas por encima de los hombros o el hecho de recoger muchas papeleras supone un riesgo de movimientos repetitivos notable. Buscar soluciones ergonómicas es un reto del sector y las empresas en las que se realiza el servicio no siempre tienen una solución adecuada. Explorar nuevos diseños de contenedo- res, carros de limpieza que permitan transportar los residuos y luego depositarlos en los contenedores, una adecuada organi- zación del trabajo que evite la sobreacumulación de residuos, permiten ofrecer soluciones. Aunque siempre hay que adaptar- las al trabajador y al entorno de trabajo. Riesgos psicosociales Los riesgos psicosociales están en todos los procesos producti- vos. Y la gestión de los residuos resultantes del proceso de lim- pieza no es un proceso distinto y también afecta al personal que los gestiona: trabajo en horarios nocturnos o por turnos, que la gestión del residuo habitualmente se realiza al finalizar la jor- nada o la distancia al contenedor, son factores que influyen a la hora de la buena ejecución de dicha tarea. Es el síndrome “ir a tirar la basura”. Dotar al personal de los medios necesarios para que faciliten el trabajo al máximo, contribuirá decisivamente a una buena ejecución de la tarea. El INSSBT (Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo) tiene a disposición de los técnicos numerosos re- cursos en su página web (www.insht.es) y con enfoques espe- cíficos al sector sanitario y al de tratamientos de residuos al ser los que más pueden repercutir en la salud de los trabajadores pero que pueden dar soluciones a los retos que plantea cada caso particular. Evidentemente, es clave la coordinación empre- sarial para disponer de toda la información y poder realizar una evaluación completa y ajustar las medidas preventivas a las ne- cesidades reales. Riesgos biológicos Los riesgos biológicos son mucho más frecuentes de lo que a simple vista parece. El personal de limpieza ya tiene de por sí una mayor exposición a riesgos por la variedad de instalaciones en las que puede trabajar; además, hay un factor común siem- pre: accede a ellas cuando están sucias. Y esta exposición no ocurre únicamente cuando se está limpiando un centro sani- tario: también las industrias, oficinas y colectividades tienen la presencia de enfermedades y es en los residuos que se gene- ran en el proceso de limpieza donde los agentes patógenos se acumulan (ácaros de polvo y sus alergénicos excrementos, virus, bacterias, etc.). Procesos que levanten polvo o aerosoles con- tribuyen a la expansión de estos agentes biológicos por lo que la gestión de los residuos debe cuidar este aspecto al ser siem- pre el lugar de acumulación de estos (lavar no es desinfectar, no se matan los microorganismos, únicamente se trasladan y acu- mulan en los residuos). Hay que proteger adecuadamente a los trabajadores del sector de la limpieza teniendo en cuenta el po- tencial infectivo y lesivo de los microorganismos presentes (la evaluación no será la misma para el personal de limpieza de un centro hospitalario de zona quirúrgica que el que limpia oficinas sin atención al público). Pero en todos los casos hay que realizar la evaluación oportuna con el fin de minimizar al máximo la ex- posición y adoptar medidas preventivas adecuadas sobre todo en temporada de epidemias como es la gripe. Riesgos físicos Los riesgos físicos ya son menos comunes cuando hablamos de gestión de residuos en el mundo de la limpieza. No es habitual que el personal de limpieza se encuentre con material poten- cialmente peligroso en los residuos, aunque sí que a veces apa- recen en las noticias la presencia de aparatos médicos de capa- cidad radioactiva en los residuos de centros sanitarios. Riesgos ergonómicos La manipulación de una cantidad de residuos puede ser lesiva sobre todo si no se disponen de las herramientas necesarias: una bolsa de basura puede pesar más de 20 kg y los contene- dores no han sido diseñados desde un punto de vista ergonó- mico habitualmente. En contenedores urbanos nos encontra-
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