seguridad laboral 158

“Aquel que prevé, es dueño de sus actos”. Johann Wolfgang Goethe OPINIoN 7 Abril 2018 28 de abril: por unos trabajadores jóvenes saludables y seguros “G eneración segura&saludable”. Este fue el lema elegido este año por la OIT para conmemorar el Día mundial de la seguridad y salud en el trabajo el pasado 28 de abril que en esta ocasión unió sus esfuerzos con el Día mundial contra el trabajo infantil que se celebra el próximo 12 de junio. El objetivo: erradicar el trabajo infantil y mejorar la seguridad y la salud de los trabajadores jóvenes. Para contextualizar la repercusión de esta campaña, nada mejor que acudir a las cifras que facilita la ©Organi- zación Internacional del Trabajo: “los 541 millones de trabajadores jóvenes (de 15 a 24 años) representan el 15 por ciento de la fuerza de trabajo mundial. La tasa de lesiones profesionales no mortales de las que son víctimas es un 40 por ciento más alta que la de los trabajadores adultos (de más de 24 años). Los peligros en el lugar de trabajo pueden incluso representar una amenaza para sus vidas. Se estima que en el mundo, 152 millones de niños (de 5 a 17 años) se encuentran en situación de trabajo infantil, de los cuales 73 millones realizan trabajos que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, son considerados peligrosos”. La concienciación y la sensibilización en torno a los riesgos laborales deben inculcarse desde edades muy tempranas como parte de la educación, en los colegios. Además, los empresarios deben estar informados acerca de las singu- laridades de los peligros a los que se ven expuestos los trabajadores jóvenes, los cuales deben esta respaldados por las organizaciones sindicales para disfrutar plenamente de sus derechos y para manifestar sus inquietudes. Con respecto a los sindicatos, en el manifiesto conjunto titulado “Trabajo seguro: es tu salud, es tu derecho” firmado por UGT y CCOO con motivo del 28 abril, se recuerda que “el incremento de intensidad y ritmos de trabajo, el aumento de las exigencias emocionales o la renuncia a ejercer derechos por miedo a perder el empleo están teniendo graves consecuencias en la salud y en la seguridad de la clase trabajadora pero, además, en el contexto de desigualdad en el que vivimos, hay colectivos que lo están sufriendo con especial rigor: mu- jeres, jóvenes, migrantes, trabajadoras y trabajadores de edad avanzada o con diversidad funcional”. La ©Organización Internacional del Trabajo aclara que “los trabajadores jó- venes también carecen del poder de negociación que tienen los trabajadores con más experiencia. Ello puede llevarles a aceptar tareas peligrosas o condi- ciones de trabajo deficientes, así como otras condiciones asociadas al empleo precario. Su presencia en sectores económicos peligrosos y su exposición a los peligros de estos sectores aumenta aún más el riesgo que corren de sufrir lesiones profesionales y contraer enfermedades profesionales”. En cuanto a los peligros a los que se enfren- tan, destacan “los físicos, los biológicos, los químicos, los ergonómicos y los psicosociales”, siendo los sectores que presentan mayor preocupación “agricultura, manufactura, minería y canteras, servicios, salud y servicios sociales y trabajo doméstico”. La eficacia en la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores jóvenes se logra con las diferentes normativas a nivel internacional y nacional. La Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2015-2020 refleja que los accidentes protagonizados por este colectivo son mayores. En ese sentido, y en el marco de una jornada realizada por el Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo (INSSBT) el pasado 25 de abril dentro de los actos programados por distintos organismos con moti- vo del Día Mundial de la SST, desde esta entidad se explica que “la edad constituye una variable básica de análisis de las condiciones de trabajo y de su impacto, pues condiciona las capacidades tanto físicas como mentales para acometer las tareas encomendadas. Por otra parte, la edad, frecuentemente, determina el nivel de experiencia para realizar las tareas en condiciones seguras”. Como podemos observar, queda mucho camino por recorrer pero entre todos los agentes sociales implicados en la PRL será posible que las generaciones más jóvenes, las que constituirán la fuerza de trabajo del futuro, se beneficien de una seguridad y una salud laboral de calidad. La concienciación y la sensibilización en torno a los riesgos laborales deben inculcarse desde edades muy tempranas como parte de la educación, en los colegios

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