Formación de Seguridad Laboral 169

68 Enero-Febrero 2020 ¿Cómo garantizar la seguridad laboral en manipuladores de alimentos alérgicos? Kharla Segovia Bravo Directora del máster de gestión de la seguridad alimentaria de Bureau Veritas Más información: [email protected] novedades 2020 En la sociedad actual es un hecho irrefutable que cada día hay más personas que tienen algún tipo de alergia alimenta- ria. Día a día, nos vamos dando cuenta de que, en casi to- das las familias, hay algún miembro que padece de alergias de este tipo y que debe tener cuidados especiales y pre- cauciones a la hora de ingerir y preparar alimentos. Este es un riesgo que, a nivel del hogar, quizá puede ser gestionado más fácilmente. Sin embargo, si esa perso- na alérgica trabaja como manipulador de alimentos, la di- mensión del riesgo se magnifica y requiere de unas acti- vidades de prevención por parte de la empresa bastante importantes. Para poder establecer estas actividades de prevención, se debe partir de la base de que la única manera de que no ocurra la reacción alérgica es evitar el contacto con la sustancia que la produce. En este sentido, el trabaja- dor tiene la obligación de informar su condición de alérgico a la empresa. Por tanto, como primera medida preventiva, las empresas alimentarias deberían controlar este aspecto a tra- vés de cuestionarios periódicos de salud de los trabajadores que manipulen alimentos, de manera que puedan ofrecer a los manipuladores alérgicos una vía formal para informar so- bre su afección. Una vez conocida la alergia de un manipulador que pueda estar relacionada con los alimentos que se procesan en la fá- brica, se deben llevar a cabo acciones oportunas para evitar que dicho empleado pueda tener algún contacto con el alér- geno. Estas acciones deben incluir: retirada del empleado de los puestos de mayor riesgo de contacto, formación del per- sonal sobre alérgenos, protocolos de control de los alérge- nos que entran y se manipulan en la fábrica y protocolos de limpieza validados en el puesto que ocupe la persona alérgi- ca, entre otros. La primera acción es la más efectiva e idónea, ya que si no existe exposición, no hay riesgo. Sin embargo, en una empre- sa donde se trabaje habitualmente con un alérgeno concreto, no se puede garantizar al 100% la no exposición, lo que obliga a la empresa a desarrollar otros proto- colos de actuación paralelos. Como primer frente, la empresa tiene la obliga- ción de formar a todos sus empleados en temas de alérgenos alimentarios, de manera que conozcan las buenas prácticas de manipulación relacionadas y la gravedad que implica una reacción alérgica para la persona que la padece. Es extremadamente importante que toda la plantilla, incluyendo a empleados temporales, reci- ba formación específica sobre la gestión de alérge- nos, especialmente en las siguientes áreas: recep- ción, almacenamiento, manipulación de alérgenos en el proceso, etiquetado y limpieza de las instala- ciones y equipo. El fundamento principal de la gestión de alérge- nos debe ser concienciar al personal y trasladar las acciones formativas desde al aula a la sala de pro- ducción.

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