Formación de Seguridad Laboral 176

/ Marzo-Abril 2021 58 protección ocular, auditiva, respiratoria y cabeza la zona de la nariz y pómulos, con la po- sible penetración de aire de la atmósfera exterior al interior del adaptador facial. Una solución para cada situación El proceso de selección de un EPI re- quiere de un conocimiento de los equipos detallado, ya que ante una determinada situación, el número de soluciones que pueden ofrecer el ni- vel de riesgos asociados una tarea en cuestión, y que pueden adaptarse a las características de dicha tarea y del tra- bajador, es muy reducido. Pese a que cada problema tiene casi una única so- lución válida, hay varias vías generales para poder hacer un uso simultáneo de estos tres tipos de equipos, y que mos- tramos a continuación. En primer lugar, determinados fabri- cantes ya han evaluado previamente la compatibilidad de determinados tipos de EPI. Así, el fabricante asegura que, cuando los equipos se utilizan entre sí no ejercen interacciones entre ellas que puedan ejercer un efecto negativo sobre la protección que ofrecen cada uno de los elementos del conjunto. En los casos en los que la protección ocular y respiratoria deba prestarse si- multáneamente puede considerarse el uso de máscaras de protección comple- tas, las cuales ofrecen un ajuste muy es- trecho al tiempo que se brinda también protección ocular. El uso de este tipo de solución pasa por que las condiciones de la tarea, como el ambiente térmico, carga física asociada a la tarea, etc., sean compatibles con el uso de una máscara completa. Una alternativa al uso de orejeras, el tipo de protector auditivo que, a priori, puede interferir en mayor medida con el resto de protecciones, puede conside- rarse el uso de tapones auditivos. Nue- vamente se deberá evaluar si las condi- ciones de la tarea admiten la utilización de este tipo de equipos. En el caso de los EPI donde el rendi- miento del equipo depende del ajuste a la morfología del usuario, es altamente recomendable el realizar pruebas de ajuste in situ . En el caso de que exista la posibilidad de que la interacción con otros equipos, la posibilidad de realizar estas pruebas de ajuste con el resto de los equipos que van a utilizarse si- multáneamente puede resultar de gran utilidad. En otros países, como Reino Unido o EE UU, es obligatorio que cada tra- bajador se someta a una prueba de ajuste la primera vez vez que utiliza un determinado modelo de EPR. Estas pruebas de ajuste deben repetirse en caso de que haya circunstancias que puedan alterar el ajuste ya evaluado, como un cambio en el modelo de EPR a usar, cambios de peso, aparición de cicatrices, etc. Existen pruebas de ajuste cualitativas, que suelen basarse en la capacidad del usuario de percibir un olor o un sabor que se libera en una cámara de ensayo mientras se lleva el EPR; y también existen pruebas de ajuste cuantitativas, en las que un me- didor especial se acopla a un modelo determinado de equipo para medir la relación de partículas entre el interior y exterior del protector. En el caso de la protección auditiva, algunas empresas están comenzando a implementar pruebas de ajuste destina- das a verificar que el trabajador recibe una protección acorde con lo esperado. Conclusiones Pese a que el EPI es el último recur- so de protección al que se debe llegar únicamente cuando se han tomado en consideración el resto de las medidas preventivas contempladas, en muchas ocasiones resultan ser la única opción de protección viable. En estos casos, de- bemos implementar procedimientos des- tinados a que la labor de selección de los EPI permita suministrar a los trabajadores de equipos que ofrezcan una protección eficaz. En la selección podemos encon- trar apoyo en los proveedores especia- lizados en EPI, los cuales, además de tener un conocimiento detallado de los equipos, pueden orientarnos también en la forma correcta de utilización.

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