Formación de Seguridad Laboral 179

artículo técnico con una ambigüedad en la que deja a criterio propio el utilizar el sentido co- mún, pero claro, mi sentido común no tiene porque coincidir con el de la ins- pectora/inspector y todavía menos con el criterio del trabajador que es el que finalmente utiliza este equipo. Pero este análisis no estaría completo, puesto que tengo que analizar el entorno de trabajo, la capacitación del trabaja- dor y del propio medio para concluir si este medio es adecuado o no lo es para ese trabajo. El Real Decreto 2177/2004 nos apor- ta más claridad en este asunto y en su Anexo, punto 4.1.1 indica “se elegirán los equipos de trabajo más apropiados para garantizar y mantener unas condiciones de trabajo seguras, teniendo en cuenta, en particular, que deberá darse prioridad a las medidas de protección colectivas frente a las medidas de protección indi- vidual y que la elección no podrá subor- dinarse a criterios económicos”. También este R.D indica que la elección efectuada del medio se habrá realizado en función de la frecuencia de circulación, altura a la que se debe subir y la duración de la utilización. Afortunadamente, este R.D. puntualiza que “la utilización de una escalera de mano como puesto de trabajo en altu- ra deberá limitarse a las circunstancias, que habida cuenta de lo dispuesto en el apartado 4.1.1 la utilización de otros equipos de trabajo más seguro no esté justificada por el bajo nivel de riesgo y por las características de los emplaza- mientos que el empresario no pueda modificar”. Factor económico En muchas ocasiones, sobre todo en los trabajos de mantenimiento, nos encon- tramos con espacios muy reducidos en los que en su forma inicial el proyectista no tuvo en cuenta los futuros manteni- mientos de las instalaciones y en las que, por ejemplo, para cambiar una lu- minaria, ha de instalarse toda una serie de andamios que por supuesto no com- pensan el factor económico. No nos engañemos: el factor econó- mico en prevención, influye y mucho. Las grandes empresas podemos re- chazar determinados trabajos porque no son viables desde el punto de vista productivo, ya que, para realizar el traba- jo dentro de los márgenes previstos no puedes introducir el montaje de un an- damio con su plan de montaje o instalar puntos de anclaje certificados para solo cambiar 5 luminarias. Lo rechazamos porque en este ejemplo, no se cumplen los parámetros mínimos de prevención compatibles para realizar esta tarea, y el criterio económico nos obliga a utili- zar un equipo mucho más económico, como es una escalera de tijera con lo que la opción que nos queda es recha- zar el trabajo. Lo rechazamos las grandes empresas, pero, ¿y qué pasa con los pequeños empresarios y los autónomos? ¿Ellos también los rechazan? ¿Y qué pasa con el cliente, el que quiere cambiar una lu- minaria de su centro de trabajo? ¿Qué coste económico le supone cambiarla? Como a veces me dicen, “hacer preven- ción es caro”. Pero hay que hacerla: es necesario. Por supuesto que hay que tener en cuenta la evolución de la técnica y que casi todo está inventado. Siempre po- demos recurrir para la realización de estos trabajos a andamios, plataformas elevadoras, escaleras con plataformas e incluso escaleras con líneas de vida incorporada. Una vez que hemos concienciado al empresario de que estos medios son más seguros, aunque más costosos, que hemos concienciado al cliente para rea- lizar los trabajos con más seguridad, me- nos riesgos para nuestros trabajadores y menos problemas para él, aunque más caros en presupuesto, solo nos queda concienciar al trabajador, que aunque el trabajo en una escalera de tijera sea más rápido es menos seguro, que aun- que tarde veinte minutos en montar un andamio y otros veinte en desmontar- lo, para solo diez minutos que tarda en cambiar una luminaria, todos estaremos más seguros. / Septiembre-Octubre 2021 93

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