Formación de Seguridad Laboral 180

prl en la industria del automóvil y empresas afines NUEVO Porque los electricistas se merecen una protección de primera clase para la cabeza, la cara, los oídos y el cuello. Casco de seguridad V-Gard ® 950 Clase 2 El trabajo eléctrico requiere concentración. Mantenga su mente en la tarea que tiene entre manos con el cómodo casco de electricista V-Gard 950 Clase 2, con protección completa integrada para la cara, el cuello y las orejas contra el arco eléctrico. Pruebe antes de comprar: Pruébelo gratis hoy mismo, solicite su muestra gratuita en MSA safety .com ¡PRUEBELO! / Noviembre-Diciembre 2021 25 de mejora. Todo esto sin que deje de ser obligatorio el uso de EPIs, limitaciones en el tiempo de exposición, formación específica, etc. Por lo tanto, en esta fase la percepción de los trabajadores cambia hacia que los esfuerzos realizados por la empresa en materia de prevención han disminuido al no ver accio- nes con un impacto directo en su seguridad. Los técnicos de prevención también se desmotivan, al tratarse de trabajos complicados, en los que los resultados no siempre son los esperados y que no son apreciados por la plantilla, que sigue exigiendo otro tipo de mejoras que, en muchas ocasiones, son de menor prioridad. Es una fase complicada para todos. 3ª fase Cuando parece que se desatascan los problemas de riesgos higiénicos llega la tercera fase en la que los riesgos ergonómi- cos y psicosociales hacen su entrada triunfal. Dolores indeter- minados, molestias varias, tirones inesperados…, se mezclan con falta de motivación y de liderazgo y otros factores con los que la empresa debe contar, pero poco puede hacer como la edad de la plantilla o la veteranía. En esta fase se generan grandes planes para mejorar los riesgos psicosociales (formación, liderazgo, mejora en las condiciones de trabajo…) y también los ergonómicos (rota- ciones, descansos, ejercicios de fortalecimientos, servicio de fisioterapia…). La imaginación de la empresa en materia de prevención debe desarrollarse al máximo implicando a toda la organización para controlar una situación donde la accidenta- bilidad puede llegar a desbordarse con accidentes inexplica- bles y que antes nunca se habían producido. Como en el resto de las fases, la implicación de la dirección es fundamental e imprescindible que debe ir entendiendo las diferentes fases para poder llegar al fin último. 4ª fase Integración real de la prevención. Toda la organización ha aprendido a distinguir los riesgos, sean más o menos eviden- tes, y también se valoran las actuaciones que se ejecutan, aunque implique un esfuerzo por parte de todo el personal. Los trabajadores están implicados al igual que la dirección y la comunicación fluye. El trabajo de prevención resulta más sencillo porque las condiciones acompañan y se consiguen mantener niveles de siniestralidad bajos con una motivación alta. Todo funciona, aunque llegar hasta aquí es un largo y complicado viaje. ¿En qué fase os encontráis?

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