Formación de Seguridad Laboral 184

PRL en catástrofes y emergencias Desequilibrio Una de las causas del estrés laboral en los intervinientes es el desequilibrio entre la demanda profesional y la capacidad de respuesta del profesional para satisfacer dicha demanda. El fracaso tiene impor- tantes consecuencias percibidas y el des- gaste profesional será la respuesta a este estrés laboral crónico, donde la persona se encuentra emocionalmente agotada, desarrollando pensamientos y actitudes y sentimientos negativos hacia su trabajo y hacia las personas con las que trabaja (despersonalización). Además, pueden aparecer conductas de riesgo y también una devaluación profesional hacia sí mis- mo (falta de eficacia percibida). El desgaste profesional se asocia, por lo tanto, a la disminución de la calidad del trabajo, a la reducción del compro- miso laboral y de la satisfacción con la carrera profesional y a problemas de salud relacionados con el estrés, sin olvidar la defectuosa implicación y mal ajuste de los responsables jerárquicos de la organización laboral a la que per- tenece. De esta manera, se reconoce al des- gaste emocional como otro de los fac- tores principales del síndrome de estrés traumático secundario. La existencia de un marco referencial de las afectaciones psicológicas rela- cionadas con el personal de primera respuesta nos dará el contexto para to- mar acciones en cuanto al apoyo psico- lógico antes, durante y después de los eventos estresantes y traumatizantes, por medio de la prevención, promoción, preparación y capacitación en estos profesionales. Cambio de paradigma Finalmente, esta pequeña revisión na- rrativa y la experiencia existente en esta área nos recomienda hacer un llama- miento a un cambio de paradigma. Con vista a futuras investigaciones, este tipo de valoraciones deberán continuar su- perando el clásico análisis psicopatológico (victimización y/o traumatización), diseñar los modos de actuación, desde la Psico- logía basada en evidencias probadas, así como conocer el tipo de alteración en la salud mental de los intervinientes, que se ha desencadenado a partir de las emer- gencias y desastres a los que atienden. No nos podemos conformar con la presencia de media docena de profesionales, free- lance de la Psicología de Emergencias, sin experiencia en situaciones traumáticas reales, dando charlas y mostrando los mis- mos “PowerPoints” habilitados tanto para hablar de duelo, como de conductas au- tolíticas, o del fortalecimiento emocional para intervinientes. Convencidos de su profesionalidad, y sin una evaluación de sus competen- cias, se generan dos cargas que vienen emparejadas: la falta contrastada del desempeño en el dominio de su expe- riencia y la ignorancia de esta falta. La ignorancia genera confianza con más frecuencia que el conocimiento y esa confianza, en muchos casos, es la madre del despropósito. De este modo, se convierte en una prioridad determinar el grado de preparación psicológica pre- via de este personal que se encargará de la salud psicosocial de los profesio- nales de las emergencias (así ocurrió en el accidente aéreo del vuelo de German- wings, donde muchos de los experimen- tados psicólogos que acompañaban a los rescatadores tuvieron secuelas psi- cológicas posteriores) y su formación continua, además de unificar criterios y estar coordinados en una dirección ge- neral de políticas públicas. La ignorancia genera confianza con más frecuencia que el conocimiento y esa confianza, en muchos casos, es la madre del despropósito / Julio-Agosto 2022 55

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