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25 Segundo semestre 2018 Voluntariado y voluntarismo no son lo mismo. En tres de sus cinco acepciones la RAE de ne voluntario como aquella per- sona que “obra por voluntad espontánea, y no por obligación o deber”. Desde la perspectiva psicológica, podríamos agregar que dicha voluntad está determinada por motivaciones, pudien- do ser una de ellas el voluntarismo , la cual es una “actitud que funda sus previsiones más en el deseo de que se cumplan que en las posibilidades reales” 1 . Esta de nición entrama a priori dos conclusiones importantes. La primera, si el voluntarismo es una actitud puede ser perfectamente cambiada a voluntad de quien la presenta. Y la segunda, una actitud voluntarista nos aleja de un desempeño exitoso, exponiéndonos a una serie de riesgos que pueden llevar a pérdidas temporales o permanentes. Distintos procesos históricos, sumado a lo costoso que signi- ca tener permanentemente equipos rentados a la espera de su activación en emergencias y desastres, ha determinado que existan distintos tipos de equipo para la respuesta ante estos eventos: aquellos totalmente voluntarios (por ejemplo, bombe- ros de Chile o Perú), sistemas mixtos de voluntarios con ren- tados (por ejemplo, bomberos de EE. UU. o SAMUR Madrid) o aquellos donde la mayor parte de los equipos son rentados. Sin embargo, y totalmente contrario a lo que instintivamente se puede pensar, el voluntarismo puede afectar por igual tanto a voluntarios como a rentados. El voluntarismo no es una carac- terística vinculada al voluntariado, sino que es una actitud que puede estar presente en personas y organizaciones, y que por su sola presencia, expone a quien los presenta a daños y pérdi- das. La actitud voluntarista presenta muy buenas intenciones y deseos verdaderos de ayudar, pero sin incluir algunos elemen- tos necesarios para el exitoso y seguro cumplimiento de la mi- sión. Algunos de ellos son: Falta de preparación. Un voluntarista no se capacita, no se entrena, no plani ca ni se prepara. Simplemente de manera espontánea se “siente lla- mado” a hacer algo por ayudar a otros, sin saber ciertamen- te qué hacer. Falta de disciplina, organización y mando. El éxito del trabajo en emergencias y desastres está relaciona- do también con la capacidad de organización y mando que exis- ta en un equipo. Imagínese que los bomberos llegan a un incen- dio y cuando lo hacen comienzan a discutir y argumentar por dónde es mejor apagar el fuego: “Es mejor por acá porque está cercano a la fuente de agua”; “Es mejor por el otro lado en fun- ción del viento reinante”; “Es mejor no apagar el fuego, sino en evacuar ”, mientras tanto el incendio avanza. En la etapa de res- puesta el trabajo requiere disciplina, organización y mando; una vez nalice el evento habrá tiempo para evaluar lo realizado y actualizar los protocolos. Un voluntarista –en cambio– hace fre- elancing, no responde a un orden establecido, no respeta ór- denes, horarios ni sigue jerarquías. Y todo bajo el errado ar- Los riesgos del voluntarismo en la respuesta a emergencias y desastres Humberto Marín Uribe Ps. Humberto Marín Uribe, PhD Twitter: @hmarinu - https://www.linkedin.com/in/humbertomarin El voluntarismo no es una característica vinculada al voluntariado, sino que es una actitud que puede estar presente en personas y organizaciones SEGURIDAD EN CATASTROFES Y EMERGENCIAS

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