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OPINIoN 3 Segundo semestre 2018 Por unos trabajadores jóvenes saludables y seguros “ G eneración segura&saludable”. Este fue el lema elegido este año por la OIT para conmemorar el Día mundial de la seguridad y salud en el trabajo que en esta ocasión unió sus esfuerzos con el Día mundial contra el trabajo infantil. El objetivo: erradicar el trabajo infantil y mejorar la seguridad y la salud de los trabajadores jóvenes. Para contextualizar la repercusión de esta campaña, nada mejor que acudir a las cifras que facilita la ©Organi- zación Internacional del Trabajo: “los 541 millones de trabajadores jóvenes (de 15 a 24 años) representan el 15 por ciento de la fuerza de trabajo mundial. La tasa de lesiones profesionales no mortales de las que son víctimas es un 40 por ciento más alta que la de los trabajadores adultos (de más de 24 años). Los peligros en el lugar de trabajo pueden incluso representar una amenaza para sus vidas. Se estima que en el mundo, 152 millones de niños (de 5 a 17 años) se encuentran en situación de trabajo infantil, de los cuales 73 millones realizan trabajos que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, son considerados peligrosos”. La concienciación y la sensibilización en torno a los riesgos laborales deben inculcarse desde edades muy tempranas como parte de la educación, en los colegios. Además, los empresarios deben estar informados acerca de las singu- laridades de los peligros a los que se ven expuestos los trabajadores jóvenes, los cuales deben estar respaldados por las organizaciones sindicales para disfrutar plenamente de sus derechos y para manifestar sus inquietudes. La ©Organización Internacional del Trabajo aclara que “los trabajadores jó- venes también carecen del poder de negociación que tienen los trabajadores con más experiencia. Ello puede llevarles a aceptar tareas peligrosas o condiciones de trabajo deficientes, así como otras condiciones asociadas al empleo precario. Su presencia en sectores económicos peligrosos y su exposición a los peligros de estos sectores aumenta aún más el riesgo que corren de sufrir lesiones profesio- nales y contraer enfermedades profesionales”. En cuanto a los peligros a los que se enfrentan, destacan “los físicos, los biológicos, los químicos, los ergonómicos y los psicosociales”, siendo los sectores que presentan mayor preocupación “agricultura, manufactura, minería y can- teras, servicios, salud y servicios sociales y trabajo doméstico”. En el caso concreto de América Latina, los jóvenes de entre 15 y 29 años se enfrentan a unas altas tasas de desem- pleo y a unos trabajos precarios en los que la calidad brilla por su ausencia en numerosas ocasiones. Eso se traduce en una escasa o nula protección frente a riesgos laborales y en una infradeclaración de las enfermedades profesionales. El empleo de calidad tropieza con diversos obstáculos, con la omnipresencia de una informalidad que se traduce también en pérdidas económicas y en baja productividad en un mercado cada vez más competitivo a nivel global. Los desafíos son múltiples, sobre todo en actividades como la minería, la agricultura o la construcción, sectores de gran calado en varios países del continente latinoamericano. Recordemos que los trabajadores jóvenes se encuentran en pleno desarrollo físico y mental, con una inmadurez emocional que les puede llevar a asumir riesgos graves ya que no perciben claramente los peligros. La escasa for- mación en prevención de riesgos laborales y una trayectoria profesional jalonada por empleos de escasa duración y paupérrima remuneración constituyen un caldo de cultivo proclive a la accidentabilidad. Como podemos observar, queda mucho camino por recorrer pero entre todos los agentes sociales implicados en la PRL será posible que las generaciones más jóvenes, las que constituirán la fuerza de trabajo del futuro, se beneficien de una seguridad y una salud laboral de calidad. “Aquel que prevé, es dueño de sus actos”. Johann Wolfgang Goethe En el caso concreto de América Latina, los jóvenes de entre 15 y 29 años se enfrentan a unas altas tasas de desempleo y a unos trabajos caracterizados por la informalidad