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24 Febrero 2017 prl en el sector alimentario Más información: [email protected] Los trastornos músculo-esqueléticos son la dolencia laboral que más bajas causa en España. En Europa afecta a millones de tra- bajadores. Las partes del cuerpo que se resienten más y por tanto resul- tan más perjudicadas son la espalda, el cuello, los hombros y las extremidades superiores e inferiores, aunque estas últimas en menor medida. El daño puede alcanzar tanto a las articulaciones como a los tejidos, y el nivel de gravedad abarca un abanico que comprende desde pequeñas molestias y dolores a cuadros más graves que pueden provocar bajas laborales y en casos crónicos, incluso llegar a derivar en una discapacidad que impida trabajar. El sector alimentario no queda exento de verse afectado por dicha dolencia. Hasta que el producto terminado llega a las ma- nos de los clientes, son los encargados de llevar a cabo todos los procesos por los que pasa la materia prima, sea cual sea su ori- gen: transporte, recepción, procesamiento, conservación, enva- sado, almacenamiento… En Queserías Entrepinares el índice de accidentes que tene- mos está por debajo del correspondiente al sector lácteo. Las causas de los accidentes e incidentes que se han detectado en los dos últimos años, particularmente en el centro de envasado de queso, han estado relacionados, sin embargo, con los tras- tornos músculo-esqueléticos. Esto, unido al dato publicado por el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo referente a que durante las próximas dé- cadas la población trabajadora será la más vieja de la historia de España, nos hizo replantearnos la prevención de riesgos er- gonómicos, enfocándola a promover un envejecimiento activo. El proyecto se ha dividido en cuatro niveles: 1. Nivel preventivo: en el primer nivel, en Queserías Entrepi- nares nos dimos cuenta que para prevenir de una forma efec- tiva, no era suficiente sólo con actualizar las evaluaciones de riesgos de los distintos puestos de trabajo y trasladar al plan de acción las medidas resultantes a aplicar. Había que dar un paso más. Para poder gestionar los riesgos ergonómicos, de- bían ser identificados todos y cada uno de los peligros (en mul- titud de ocasiones, las personas en cualquier ámbito de nues- tra vida realizamos acciones ignorando sus consecuencias, sim- plemente porque las hemos integrado como parte de nues- tra rutina diaria). ¿Cómo conseguimos identificar todos los peligros para evi- tar los accidentes? Analizando todas las tareas que se realizan en cada puesto (los trabajadores rotan) a lo largo de un turno completo. Contabilizando los tiempos que dedican a cada ac- tividad. Obtenemos así un mapa de nuestra situación real, relacio- nando puestos y tareas con los problemas y lesiones que po- demos padecer: -La manipulación de cargas, puede generar problemas dorso- lumbares. -Los movimientos repetitivos, provocar lesiones en las extre- midades superiores. -Las posturas forzadas o estáticas, así como permanecer de pie durante mucho tiempo, repercuten en la espalda, cue- llo y hombros. -Empuje y tracción, terminan causando dolencias en la zona dorsolumbar. Los distintos niveles de riesgo los diferenciamos mediante una gradación de colores, clasificándoles de la siguiente mane- ra: verde/aceptable, amarillo/muy leve o incierto, rojo suave/no aceptable (nivel leve), rojo fuerte/no aceptable (nivel medio), morado/no aceptable (nivel alto). Trastornos músculo-esqueléticos en la industria alimentaria Elena Pardo González Responsable SPP en Queserías Entrepinares

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