Seguridad Laboral Latam 8

70 Segundo semestre 2019 El riesgo de incendio está presente en todo establecimiento en donde existan materiales combustibles. Por ende, se pue- de afirmar que en los hospitales existe un riesgo de incendio y si lo debo calificar, lo haría como un riesgo alto dado que exis- ten insumos en magnas cantidades con un gran poder calorífi- co, como el alcohol, algodón, solventes, líquidos y gases com- bustibles entre otros. Un hospital de mediana complejidad cuenta con una división de servicios generales encargada del mantenimiento preventi- vo y correctivo del establecimiento en su totalidad. Esta división cumple una función primordial en la prevención de incendios. El mantenimiento preventivo de la instalación eléctrica es una he- rramienta fundamental, teniendo en cuenta que el mayor por- centaje de incendios son causados por un desperfecto eléctri- co (1). Otra tarea de suma importancia que desarrolla este sec- tor es el mantenimiento preventivo de las calderas y los grupos electrógenos. Todo hospital cuenta en su establecimiento con una cocina en donde también existe un riesgo significativo de incendio. Cono- cemos que existen 5 clases de fuego, entre ellas la clase “K” (di- cha letra proviene de la palabra “kitchen”, “cocina” en inglés). Esta clase de fuegos son los que se inician en cocinas industriales en donde se utilizan y se acumulan grandes cantidades de aceite vegetal y grasa animal, siendo estos un combustible sumamente riesgoso en este sector en donde se trabaja con hornos a tem- peraturas muy elevadas y cocinas alimentadas a gas. El orden y limpieza –fundamentalmente la limpieza en la campana de ex- tracción– son tareas determinantes para prevenir incendios en el sector en cuestión. Aunque no sea la cara visible de un establecimiento aboca- do a la salud, “detrás de escena”, existe un sector administrati- vo comprendido por facturación, tesorería, recursos humanos y contaduría, entre otros. Dichos sectores, por normas internas y/o cuestiones legales, deben conservar durante un tiempo pro- longado una cantidad de papel que si no es almacenado adecua- damente pueden desarrollar un gran poder calorífico, para ser exactos 4000 kcal/kg. Mencionamos en los párrafos anteriores una diversa canti- dad de materiales combustibles. La mayoría de los hospitales, por cuestiones de logística y de prevención, suelen tener un stock de almacenamiento aproximadamente de 5 meses para cubrir las necesidades de las tareas propias de la institución, que le permitan seguir funcionando normalmente a pesar de la fal- ta de insumos por parte de algún proveedor. Por lo tanto, de- ben contar con un depósito central que tenga como fin alma- cenar alcohol, algodón, colchones, sábanas y gasas, así también como toneladas de papeles que deben preservar por cuestio- nes legales. Aquí es donde se debe adoptar medidas infalibles dado que es el sector en donde se concentran todos los mate- riales combustibles. Los hospitales “sí se incendian” En la introducción se destacó que la probabilidad de ocurrencia de un incendio es elevada. Dada la cantidad de carga combus- tible presentes en estos establecimientos se puede afirmar que contrariamente a lo indicado por el título del artículo (“los hos- pitales sí se incendian”) se pueden incendiar simplemente por una cuestión de física. Haciendo referencia al triángulo del fuego (2) en donde se mencionan tres elementos básicos para que se de origen al fuego: un material combustible, comburente (oxíge- no) y un punto de ignición (por ejemplo, desperfecto eléctrico), De hecho podemos fundamentar que el título se refiere más bien a un deseo o una necesidad de que no acontezcan incen- dios en hospitales a través de antecedentes históricos. A conti- nuación mencionaremos los incendios de mayor gravedad ocu- rridos en el mundo desde el año 1990. Los hospitales no se incendian Joaquín Pesano Licenciado en Seguridad e Higiene en el Trabajo argentina

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