Francisco Palencia-Sánchez
Francisco Palencia-Sánchez Profesor Deparamento de Medicina Preventiva y Social Facultad de Medicina Pontificia Universidad Javeriana

Medidas de autocuidado para prevenir el ‘burnout’ en profesionales de la salud en primera línea de atención al COVID-19

burnout

¿Cómo se cuidan los profesionales de la salud en primera línea de atención al COVID-19? Esta pregunta no parece tener un despliegue mediático importante; para muchos, el profesional de la salud se encuentra allí, en la institución de salud, una señora o un señor con su equipo de bioseguridad prestos para atender a los pacientes de COVID-19. La comunidad les agradece su labor pero, ¿cómo hacen estos profesionales para lidiar con las consecuencias físicas y emocionales que todo este trabajo les acarrea?

El asunto no es nuevo: desde mucho antes de la pandemia de COVID-19 se han realizado estudios que muestran, entre los profesionales de primera línea de la salud evidencia de desórdenes psicológicos debidos al estrés que produce la atención de pacientes (por ejemplo, sentimientos de pena, miedo, frustración o culpa, entre otros, debido a la sobreexposición al sufrimiento del paciente y su familia).

Este tipo de desorden recibe el nombre de “burnout” (del término staff burnout o agotamiento de personal), el cual se caracteriza por:

•             Agotamiento.

•             Distanciamiento mental progresivo en el trabajo.

•             Disminución de la eficiencia.

La OMS ha identificado otros factores adicionales asociados al personal que atiende pacientes del virus COVID-19: estigmatización social, posibilidad de contagiar a familiares y amigos, jornadas laborales muy intensas y el uso estricto de medidas de bioseguridad.

En el caso de los países latinoamericanos, con sistemas de salud no tan preparados, se suma el hecho de la falta de recursos que puede manifestarse en escasez de material de bioseguridad, una excesiva demanda, bajos salarios e incluso, agresiones al personal de salud, lo que favorece un incremento en el agotamiento laboral.

Se propone el autocuidado desde estos cuatro criterios de acción:

¿Qué me está pasando?

Se trata de identificar en qué fase de “burnout” o agotamiento se encuentra, a partir de la información suministrada en la siguiente tabla, con el objetivo de aceptar que algo nos está pasando.

Fase Descripción
Inicio Siento entusiasmo, mi actitud ante el trabajo es positiva y mis energías están completas.
Estancamiento Veo que el trabajo no era como me lo imaginaba. Me esfuerzo mucho y los resultados son pocos. He comenzado a sentir preocupación.
Frustración Siento desilusión con mi trabajo porque mis esfuerzos consiguen poco o casi nada. Ahora siento preocupación, ansiedad y durante el trabajo, mucha tensión. Comienzo a sentir agotamiento. La fatiga ha llegado.
Apatía Me ha comenzado a dar igual lo que pase en el trabajo. Mis actividades las hago mecánicamente. He comenzado a ver que mi trato con los colegas y pacientes es distante.
“Burnout” Estoy realmente mal. Físicamente, el agotamiento es inmenso y mentalmente estoy distante. No siento satisfacción por lo que hago.

¿A quién le cuento lo que me está pasando?

La comunicación es fundamental. Es natural que la ansiedad aumente por la afectación del COVID-19, pero si estas preocupaciones no se comparten con colegas, familia y amigos, todo va a ser más difícil. Una manera de hacerlo es incrementar el contacto no presencial para evitar el sentimiento de aislamiento.

Pero no se quede solo en contar lo que le sucede, pida ayuda, por ejemplo, para el cuidado de la familia o para esas actividades que antes usted realizaba pero que ahora bien podría delegar. Quitarse esas actividades de encima le va a dar más tiempo para sí mismo.

¿Cómo está mi entorno?

Su entorno es su lugar de trabajo, y debería estar lo mejor posible. Para eso infórmese de los diferentes aspectos relacionados con su trabajo diario, así podrá elaborar con sus colegas estrategias para contrarrestar los problemas que surjan y anticipar los que se avecinan. Investigue cómo en otras instituciones u otros países han solucionado problemas que quizás aparezcan en su institución. Y no olvide comunicar a sus jefes los hechos relevantes.

¿Qué puedo hacer para reducir esto que me pasa?

Llega el momento en que cada profesional de la salud debe pensar para sí mismo. Estas medidas de autocuidado deben incluir cosas tan sencillas como garantizar una adecuada calidad de sueño, comer bien, limitar el alcohol y el cigarrillo y hacer algo de ejercicio. Cada uno deberá encontrar momentos para aquellas actividades relajantes, sea caminar, ver una serie televisiva, estar con la familia o leer. En el trabajo, tomarse algunos momentos para una pausa y respirar relajadamente, meditar, orar o hacer algo que le traiga calma. Y, por ningún motivo, llevar los problemas del trabajo a casa.

El autocuidado es esencial para prevenir “burnout” y por ello cada profesional de la salud que actúa en primera línea contra COVID-19 tiene un compromiso consigo mismo. No lo olvide: si no se cuida a sí mismo no podrá cuidar a los demás.