Ser técnico superior en prevención de riesgos laborales requiere de una titulación universitaria oficial, ya sea de máster o de grado, junto con una formación específica de como mínimo 600 horas, prevista en el anexo VI del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención.
El decreto establece explícitamente en su artículo 37.2 que para poder desempeñar las funciones de técnico superior de prevención de riesgos laborales es necesario tener una titulación universitaria oficial.
Pero, ¿hay diferencia entre cursar un grado o un máster a la hora de conseguir la titulación oficial? Las diferencias principales serían el acceso a los estudios y el número de créditos, que, obviamente, condiciona el tiempo y el contenido de estos estudios.
Acceso
En cuanto al acceso, para estudiar un máster se tiene que disponer de un título de grado, mientras que para cursar el grado existen diferentes vías: a través de la experiencia profesional, superando el bachillerato y la selectividad, y realizando los ciclos superiores de formación profesional.
Respecto al número de créditos, los másteres, como norma general, son de 60, 90 ó 120 créditos y, por tanto, su duración será de uno o dos años. Los grados, en cambio, pueden ser de 180 ó 240 créditos y, por tanto, su duración será de 3 ó 4 años.
A día de hoy, el único grado que habilita como técnico superior con las tres especialidades, junto con otras habilitaciones profesionales es el Grado de Prevención y Seguridad Integral de la Escuela de Prevención y Seguridad Integral (EPSI) de la Universidad Autónoma de Barcelona. Es un grado oficial de 240 créditos, que se cursa en 4 años, excepto para las personas que hayan superado el Ciclo Formativo de Grado Superior de Prevención de Riesgos Profesionales que podrán finalizar los estudios en 3 años, por la convalidación de 60 créditos y que se puede cursar tanto presencialmente como a distancia.
Competencias necesarias
Nosotros apostamos por el grado y la razón fue poder dotar al futuro profesional de las competencias que, a pesar de que normativamente no son obligatorias por el anexo VI, se consideraron necesarias para que el técnico pudiera desarrollar su trabajo, no sólo desde una óptica puramente técnica, sino con una visión estratégica de la seguridad y la prevención.
Lo primordial del técnico, y de cualquier profesional de la seguridad, es anticiparse a la amenaza para que esta no se produzca y así evitar sus consecuencias. Y para ello debe aprender diferentes materias que le proporcionen las herramientas necesarias para adoptar la decisión más correcta en cada momento. Entre estas materias están derecho de la seguridad, la gestión de la comunicación, el liderazgo, la negociación, el medio ambiente, la calidad, el funcionamiento del seguro y planes de contingencia y la protección de datos, entre otras.
El grado de la UAB tiene un enfoque preventivo y multidisciplinar, al que se tiene que sumar su visión profesionalizadora e internacional, que permite conocer otras realidades preventivas y aprender de ellas. No es tan solo un grado de prevención de riesgos laborales, sino que, como su nombre indica, es un grado de prevención y seguridad integral.
