Gloria María Morgan Torres
Gloria María Morgan Torres Consultora internacional y docente de cátedra

Brechas de género y TIC: primero una transformación cultural

Brecha de género.

Vivimos cambios acelerados marcados por un conjunto de transformaciones en marcha y otras prontas a ocurrir por cambios en la economía global, con impacto en la sociedad y en una “forma de vivir», tendencia de este siglo XXI marcada por la automatización y el intercambio de datos, incluyendo los sistemas cibernéticos, el internet de las cosas y la computación en la nube, conocida como “cuarta revolución industrial”.

El impacto en la economía y en la sociedad de las tecnologías de la información y las comunicaciones-TIC, la innovación tecnológica y el paso a la economía digital ha generado cambios en los paradigmas acerca de qué hacer y cómo utilizar la información, pero las cifras reportan que las mujeres están subrepresentadas en la industria de la tecnología, y por tanto, la automatización hará que en particular se vean mayormente perjudicadas al perder empleos a una velocidad mayor a la de los hombres. A pesar del abrumador dominio masculino en el sector de la tecnología, cada vez son más las mujeres que ocupan puestos clave de dirección y estrategia en empresas del ámbito tecnológico y que han conseguido grandes avances para las compañías en las que trabajan.

Persiste una significativa diferencia en la matriculación en las carreras de ingeniería, física y matemáticas-STEIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática), como parte de la herencia de la construcción sociocultural que afianza la división sexual del trabajo y, por lo tanto, las mujeres asumen carreras relacionadas con su rol tradicional.

Se han identificado cuatro causas que influyen en el hecho de que muchas niñas se alejen de las distintas ramas de la tecnología y la ciencia, del desinterés de las niñas por las STEM.

  • El desconocimiento de la aplicación real.
  • La falta de modelos de mujeres profesionales.
  • Los estereotipos.
  • La autopercepción de las propias niñas de que no son buenas en estas materias.

Los estereotipos se basan en subjetividades o creencias y son inherentes a una sociedad, a unas costumbres y a un momento. Asignan roles de grupos a individuos, obviando particularidades y excepciones.

El Informe de ONU ‘Mujeres y las desigualdades en el sector TIC’ evidencia los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres y las niñas a nivel mundial que les impide acceder a carreras en el sector TIC: claramente las dificultades comienzan con el acceso a una educación digna y libre de estereotipos anticuados o la permanencia de las mujeres en carreras tecnológicas y científicas.

Desde un enfoque de género, la investigación, la innovación, la tecnología y la educación son fundamentales para impulsar a la mujer en esta cuarta revolución industrial. Nuestra capacidad para asumir los cambios acelerados a los que nos enfrentamos cada día depende, en gran medida, del conocimiento que tengamos de nosotros mismos y de nuestro entorno.

La respuesta de los Estados para cerrar la brecha digital de género mediante políticas públicas con perspectiva de género contribuye a potenciar los impactos positivos de las TIC en la reducción de las brechas sociales de género existentes.

No hay discusión: el futuro es tecnológico y cada vez estamos más rodeados de tecnología. Si las mujeres no acceden a estos puestos, que previsiblemente van a estar bien valorados y remunerados, no solo habrá una brecha de género, sino que también aumentará la brecha salarial.

La investigación, la innovación, la tecnología y la educación son fundamentales para impulsar a la mujer en esta cuarta revolución industrial

Se puede definir la cultura como conjunto de relaciones humanas que han trascendido en el tiempo y que le permite al hombre conservar, reproducir, crear nuevos conocimientos y valores para la transformación de su medio social y cultural. Se considera un factor fundamental de la calidad de vida, una dimensión esencial no sólo para la preservación de la identidad, sino también para la gobernabilidad, la ciudadanía, la cohesión social y la creatividad de los diferentes grupos humanos.

La influencia de la cultura en el desarrollo es decisiva, tanto que no se puede hablar de cultura al margen de la sociedad, como no se puede hablar de sociedad humana sin el hombre.

Transformar la cultura corporativa, primer paso de la transformación digital

La nueva era digital trae consigo el replanteamiento de procesos y operaciones hacia nuevos modelos de gestión. Aunque frecuentemente se confunde, la tecnología es tan sólo un medio dentro de la transformación digital. El cambio fundamental que deben asumir hoy en día las empresas tiene más que ver con la cultura corporativa que con el uso de nuevas herramientas.

La transformación digital afecta al total de la empresa en la definición de nuevas dinámicas de trabajo y una comunicación más efectiva a través de los nuevos canales digitales.

En la actualidad, la transformación digital no es una opción. Las empresas tienen que adaptarse a este nuevo entorno para ser competitivas en un mercado que cada vez avanza más rápido.

Brecha de género.

Transformar la cultura corporativa

La cultura empresarial nos habla de la forma de pensar y hacer de la empresa, de sus códigos éticos, los valores, su misión y visión.

La transformación digital no puede reducirse a utilizar correo electrónico corporativo, en implementar una herramienta CRM para la gestión de clientes.

La respuesta de los Estados para cerrar la brecha digital de género mediante políticas públicas con perspectiva de género contribuye a potenciar los impactos positivos de las TIC en la reducción de las brechas sociales de género existentes

La transformación digital comienza por un cambio de mentalidad dentro de la empresa hacia un modelo en el que se fomente la innovación y la eficiencia de la compañía a todos los niveles. La cultura empresarial tiene que promover comportamientos proclives a la innovación y la creatividad siguiendo las tendencias del momento tecnológico actual.

Modificar las bases sobre las que se desarrolla la empresa es un proceso realmente complejo y disruptivo que debe centrarse en las personas, actuando sobre el liderazgo, los grupos y el entorno.

Personas

Todo cambio debe involucrar en primer lugar a las personas que conforman la compañía. La formación en competencias digitales es un factor fundamental para abordar su transformación digital. Contar con empleados capaces de entender las ventajas de las nuevas soluciones, procesos y sistemas es clave en la implementación de nuevas tecnologías.

Liderazgo

Los líderes de la empresa deben creer profundamente en el proceso y así transmitirlo al resto de la compañía. Los responsables de equipo, área o departamento deben dar ejemplo y apoyar la estrategia de arriba a abajo.

Deben ser los primeros en incorporar nuevas herramientas en su día a día, dar ejemplo de innovación y eficacia. Deben ser impulsores y supervisores de la implantación de nuevas tecnologías, conocer cómo se adoptan las novedades y ser capaces de tomar métricas para poder evolucionar de forma continuada hacia la transformación digital completa.

Grupos

La transformación digital debe responder a las necesidades de los grupos de la empresa, buscar herramienta que les apoyen y ayuden en su día a día para ser más ágiles.

Entorno

La observación del entorno permitirá a la empresa detectar los obstáculos funcionales que bloquean la productividad de los equipos. Identificar las barreras de la eficiencia hará posible ofrecer entornos mucho más dinámicos que mejorarán el bienestar de los equipos y su rendimiento.

No hay discusión: el futuro es tecnológico y cada vez estamos más rodeados de tecnología. Si las mujeres no acceden a estos puestos, que previsiblemente van a estar bien valorados y remunerados, no solo habrá una brecha de género, sino que también aumentará la brecha salarial

Abordar la transformación digital de una empresa es una labor compleja que requiere enormes cambios dentro de la organización. Además, conforme más grande es la compañía mayores grados de complejidad implica la transformación de la cultura y la implementación de nuevas soluciones y dinámicas.

Por ello, la transformación digital debe ser un proceso progresivo, pero a la vez constante en el tiempo. Las empresas no pueden posponer más su transformación digital si quieren continuar compitiendo en un mercado cambiante y cada vez más exigente.