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Bernardo Ávalos Gerente de Seguridad Salud Medio Ambiente y Vigilancia TANE

¿Es realmente necesario volver al lugar de trabajo y dejar el ‘home office’?

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A nivel mundial se vivieron momentos muy difíciles originados por la pandemia de la Covid-19. Un virus que tuvo el poder de parar las actividades comerciales, laborales, recreativas y sociales; no solo de manera local: fuimos víctimas de un virus que lo mismo contagiaba a la población en Europa, que en Asia, América o África u Oceanía. El mundo entero se paralizó. Y dejando a un lado si la gente cree o no en la presencia del virus, este ha cobrado millones de vidas no haciendo distinciones entre géneros y siendo más letal en personas adultas a partir de los 30 años en adelante y más si presentaban alguna comorbilidad, a diferencia de los jóvenes y niños, que han sido los menos afectados.

Un proceso que hizo plantearse nuevos modelos de trabajo

Tuvimos que pasar por un proceso de confinamiento, la espera para el desarrollo, fabricación y aplicación de las vacunas y definir qué actividades eran o no esenciales: sin duda fueron dos largos años muy complicados en todos los sectores.

Poco a poco las actividades se han estado restableciendo, los comercios incrementando el aforo en sus instalaciones, las actividades deportivas, conciertos arrancando de nueva cuenta su actividad, y aunque el sector empresarial y productivo no se detuvo en su totalidad, trabajando de manera escalonada tanto en horarios como en el trabajo presencial de los colaboradores, ahora ha llegado el momento de que el personal administrativo o de oficina haga lo propio.

Pero, ¿realmente se necesita a todo el personal de oficina trabajando 8 horas en un mismo lugar cubriendo su jornada laboral?

Tiempo antes de la pandemia, se venía escuchando mucho sobre la posibilidad de empezar a trabajar de una manera más formal el “home office”, si era viable o no, si el trabajador realmente cumpliría con su jornada laboral, si se llegará a los objetivos estipulados por la empresa, o si el trabajar a distancia dificultaría la comunicación entre la organización y sus colaboradores.

Tuvimos que pasar de la planeación y el análisis a la ejecución inmediata: la pandemia de manera súbita nos obligó a tomar medidas y a buscar la forma de que las actividades administrativas pudieran continuar lo más apegado a la normalidad.

Sorpresivamente, el resultado superó todas las expectativas. Tuvimos un proceso de adaptación a la nueva forma de trabajo de manera inmediata, nos volvimos expertos en las reuniones virtuales, el contacto vía telefónica se volvió esencial y los mensajes escritos por las distintas plataformas nos han sido de gran utilidad. En resumen, estábamos listos para el “home office” desde hace mucho tiempo: nos tocó implementarla -probablemente no de la mejor manera- pero supimos adaptarnos a la adversidad y volvernos muy eficientes.

El «home office» da sus resultados

En la opinión de muchas personas que han trabajado bajo este esquema, el “home office” es una de las buenas cosas que nos ha dejado la pandemia, pues ha traído una serie de beneficios que no conocíamos, que solo algunos habían experimentado y que se ha demostrado que si tenemos la capacidad de trabajar de manera remota.

El no tener que trasladarse de la casa a la oficina y de regreso ha significado un ahorro de tiempo significativo: el personal ha tenido mayor tiempo de descanso por la noche y a la mañana siguiente no ha requerido de más tiempo para prepararse e iniciar con sus actividades. La hora de entrada está establecida, pero a raíz del “home office” la hora de salida se volvió más extensa, pero sin ser este un factor que nos desagrade, ya que estando, trabajando desde casa, no resentimos las horas extras de trabajo, siendo las horas que pudiéramos estar en el tráfico de trayecto las que estamos aprovechando para dar un extra en el trabajo.

Ahora es responsabilidad de las directivas de las empresas definir el futuro y la forma de trabajar, ya sea presencial o a distancia o en un modelo hibrido, que permita estar unos días desde casa y los otros de manera presencial.

Debemos aprovechar que ya se comprobó que el trabajo a distancia o “home office” no es una limitante para dar buenos resultados, que podemos seguir conservando la sana distancia entre colaboradores y no saturando los centros de trabajo con personal que bien podría hacerlo desde el modelo híbrido.

Se tiene bien identificado a personal administrativo que realmente su presencia en el centro de trabajo no es necesaria y que bien puede hacer el trabajo 100% de manera remota. Existen casos puntuales, como el de nosotros, como personal de seguridad y salud en el trabajo: nuestras funciones son totalmente presenciales como el de muchos otros puestos clave que requieren estar en el centro de trabajo.

Mientras tanto, esto no ha terminado y debemos de seguirnos cuidando por los que nos esperan en casa.