Se reduce número de ciclistas lesionados en las vías colombianas durante 2020

ciclistas colombianos
Consejo Colombiano de Seguridad (CCS)

Desde su creación en el año 1817 en Alemania, el mundo disfruta de la bicicleta como medio de transporte alternativo y personal que le permite a su usuario recorrer pequeñas y grandes distancias mientras mejora su salud física y mental, supliendo la necesidad de un transporte a motor que emita grandes cantidades de CO2 y representa costos constantes para su utilización.

Casi 200 años después de su creación y en medio de la primera gran pandemia del siglo XXI generada por la aparición de la COVID-19, el mundo volcó nuevamente su mirada sobre los “caballitos de acero” ahora también en otros materiales que buscan mejorar su desempeño, como alternativa recreativa, laboral, deportiva y terapéutica, para superar las secuelas de la cuarentena mundial.

A propósito, en la llamada nueva realidad generada por la presencia de la COVID-19, los modelos laborales cambiaron dando paso a que trabajadores formales e informales utilicen la bicicleta como medio de sustento en labores turísticas, comerciales, mecánicas y de mensajería para cubrir las nuevas demandas del mercado.

Sin embargo, la seguridad y la sana convivencia entre los actores viales tradicionales (automóviles, motocicletas y transporte público) y los nuevos actores de la vía (bici-usuarios), resultan todo un reto en infraestructura, cultura y apropiación de hábitos saludables de seguridad que les permitan a todos los involucrados evitar lesiones y sobre todo ayuden a generar respeto entre unos y otros.

Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial-ONVS con base en los registros proporcionados por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses-INMLCF, entre enero y octubre de 2020 se registraron 9.986 siniestros viales en el país, de los cuales 939 obedecieron a casos de biciusuarios, un 51,04% menos que en 2019 cuando su registraron 1.918 lesiones de ciclistas en la vía. Aunque las cifras muestran un avance hacia la reducción de lesiones y muertes de ciclistas en la vía, no es momento de bajar los brazos, dado que el objetivo es llevar los casos a cero.

Recientemente una investigación de la Universidad de Glasgow- Inglaterra publicó en la revista médica British Medical Journal – bmj, los resultados de su investigación enfocada en analizar los riesgos de utilizar la bicicleta para trasladarse al trabajo, y concluyeron que los desplazamientos se asociaban con un riesgo 45% mayor de ingreso en un hospital por una lesión, en comparación con otros medios de transporte, así como las distancias más largas a mayores lesiones.

“Comparar las realidades de dos países tan diferentes no sería correcto. Sin embargo, resulta conveniente utilizar el estudio como un referente conceptual para entender los escenarios a los que se enfrentan los trabajadores en bicicleta o que utilizan la máquina como medio de transporte, pues aunque el estudio evidenció que surgen mayores riesgos de lesiones por trasladarse en bicicleta al lugar de trabajo, los beneficios de la actividad son tangibles para la salud, pues cuando los ciclistas se compararon con todos los demás viajeros, mostraron un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares como derrames cerebrales, un menor riesgo de primer diagnóstico de cáncer y de muerte en general” puntualizó Adriana Solano, presidenta del CCS.

Si bien el uso de la bicicleta trae beneficios de todo tipo para trabajadores, organizaciones, ciudades y sociedades enteras, es urgente entender que una buena parte de la fuerza laboral del país utiliza este medio de transporte para aislarse de focos de contagio, ahorrar dinero y mejorar su calidad de vida, su productividad y eficiencia, por lo que se debe continuar incentivado su uso.

Sugerencias

Por tal motivo, el CCS comparte una serie de recomendaciones técnicas que los biciusuarios deben apropiar para asegurar que sus desplazamientos sean seguros. Las sugerencias también aplican a los empleadores que deben sumarse a esta nueva realidad, con el fin de que sus objetivos empresariales se pueden consolidar rápidamente en 2021, camino a la recuperación económica de trabajadores e industria.

1.       Estudie concienzudamente el código de tránsito que aplica a su ciudad para conocer los derechos y obligaciones que tiene como ciclista en el momento de estar en ciclovía o en la carretera, pues “las bicicletas se encuentran autorizadas para transitar por las vías, atendiendo las normas que regulan su circulación”.

2.       Aunque anteriormente se consideraba que una bicicleta debe visitar el mecánico cada 12 meses para garantizar su óptimo funcionamiento, en el caso de los trabajadores que se movilizan diariamente en ella o de los deportistas que las someten a condiciones extremas de entrenamiento, se sugiere una revisión semestral para reducir situaciones de riesgo.

3.       Sin importar el motivo del desplazamiento, tener en cuenta las siguientes consideraciones que en caso de ser omitidas podrían representar un riesgo para el usuario o para terceros:

–          Asiento o sillín: firme.

–          Gafas protectoras: sirven para prevenir molestias por el viento, esquirlas, tierra y factores externos que pueden generar ceguera ocasional

–          Cadena: bien engrasada y con la tensión adecuada.

–          Cambios: firmes y adecuadamente ajustados.

–          Frenos: bien ajustados.

–          Luces: limpias y cargadas.

–          Manubrio: bien apretado.

–          Neumáticos: presión adecuada y llantas en buen estado.

–          Ruedas: bien centradas.

–          Tuercas: después de cada viaje verificar que continúen bien apretadas.

4.       Gestos de seguridad y dirección: antes de aventurarse a carretera abierta dentro o fuera de su ciudad, familiarícese con las señales que deberá tener en cuenta para comunicarle a conductores de vehículos o motocicletas u otras bicicletas su próximo movimiento mientras conduce:

–          El ciclista debe avisar manualmente la dirección a la que se dirige (derecha o izquierda).

–          En caso de seguir derecho, solo alzará su mano para indicar que no cruzará.

–          En caso de adelantar deberá hacerlo por la izquierda. En caso de adelantar un vehículo estacionado deberá reducir la velocidad.

–          En caso de frenar deberá cerrar su puño apuntando hacia abajo mientras inclina su brazo a la altura del hombro.

–          Deberá transitar por su derecha conservando un metro de distancia con el borde o línea blanca continua.

–          Respetar semáforos, cruces y espacios peatonales.

5.       Protección personal: los elementos de protección personal para montar bicicletas son determinantes en cualquier situación de riesgo y son la diferencia entre una caída o un accidente severo e incluso mortal. En consecuencia, se sugiere a los bici-usuarios tener en cuenta la siguiente indumentaria para aumentar sus indicadores de seguridad en la vía:

–          Reflector delantero y trasero: le permitirá al ciclista advertir de su presencia en la vía a otros conductores o bici-usuarios.

–          Casco de seguridad: en caso de caída o choque reducirá las posibilidades de un trauma craneoencefálico.

–          Guantes: aunque muchos consideran que estos elementos deben ser opcionales, las manos del ciclista sabrán agradecer su protección en caso de alguna caída.

–          Reflectivo: la visibilidad que tienen todos los actores en la vía siempre es diferente de acuerdo con el vehículo, velocidad y experiencia de un conductor al volante, motivo por el que utilizar una prenda reflectiva siempre jugará a favor del ciclista.

6.       Empleadores y empresas: es oportuno que desarrollen estrategias que incentiven el uso de esta alternativa de transporte entre sus colaboradores, con el objetivo de reducir las enfermedades laborales que ponen en riesgo la productividad y aumenta los costos de operación incluyendo en sus planeadores los siguientes aspectos:

–          Capacitación a sus empleados sobre el uso y desinfección correcta de su elemento de transporte después de cada recorrido.

–          Espacios de desinfección y zona de parqueo exclusiva para las bicicletas.

–          Curaduría sobre el cumplimiento de las normas de seguridad para la ejecución de las funciones laborales.

7.       ¿Cómo desinfectar las bicicletas correctamente para no convertirlas en focos de contagio frente a la COVID-19?

La Agencia Nacional de Seguridad Vial impartió instrucciones para promover viajes seguros para los bici-usuarios y mitigar el avance de la pandemia en el país por el uso de este medio de transporte. Además, organismos de salud a lo largo del territorio nacional se han dado a la tarea de promover y ampliar la difusión de estas y otras medidas para apoyar en la prevención a quienes ven en la bicicleta un aliado para enfrentar las consecuencias de la pandemia.

–          Cargar un envase con agua y jabón y un pañuelo destinado a la limpieza de la bicicleta.

–          Al terminar el recorrido recuerde humedecer el pañuelo desechable y limpiarla con agua y jabón.

–           Recuerde utilizar guantes al momento de limpiar la bicicleta para evitar el contacto directo con las manos. (Desechar el pañuelo una vez limpie la bicicleta) Es importante limpiar de igual forma con agua y jabón toda la indumentaria que lo acompañó durante el recorrido.

Lesiones

Vale la pena destacar que la investigación citada previamente y desarrollada por la Universidad de Glaslow en el que se buscaba determinar las situaciones de riesgo a las que se expone un trabajador que se desplaza en bicicleta, concluyó que las lesiones en brazos y piernas, el torso, la cabeza o el cuello y lesiones por fracturas, son las causas más comunes en estos trayectos.

Guardando las proporciones geográficas, este tipo de riesgos también se pueden asociar a la realidad de miles de colombianos, motivo por el que el CCS invita a la comunidad de biciusuarios de a adoptar estas sugerencias para avanzar en la construcción de una movilidad más eficiente y segura para todos.

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