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Carlos Albert Morant Consultor de seguridad de procesos Dekra

Importancia de la formación y de la gestión organizativa para la seguridad en entornos ATEX

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La formación de los trabajadores y la gestión organizativa de una planta con documentos tales como procedimientos, instrucciones de trabajo, permisos de trabajo, etc., es una parte clave de la política de prevención contra explosiones de cualquier planta con zonas clasificadas ATEX, así como una exigencia del RD681/2003, donde se estipula la necesidad de dotar al personal de la formación y la competencia necesaria para realizar cualquier tarea dentro de zonas ATEX.

Un alto porcentaje de los accidentes en la industria se produce por error humano, en muchos casos debido a la falta del conocimiento necesario en los peligros del entorno de trabajo o en la manera idónea para minimizar los riesgos dentro de zonas ATEX. Existen un gran número de operaciones como la carga o descarga de camiones cisterna, trasvases de líquidos inflamables, carga de productos a reactores, etc., las cuales son críticas desde el punto de vista de la seguridad, pues el operario se ve expuesto de manera directa a una posible explosión y, por tanto, las consecuencias de no tener controlados los riesgos pueden desencadenar en fatalidades o lesiones permanentes.

Por todo ello, es necesario dotar al personal que trabaja en entornos ATEX de la formación adecuada a su función y su puesto, tal como se estipula en el RD681/2003, así como en los artículos 18 y 19 de la Ley de Prevención de Riesgos aborales. En general, podemos enfocar la formación necesaria en varios niveles:

–          Nivel básico para operarios, enfocada a personal que trabaja en zonas con riesgo de explosión pero que no interviene sobre instalaciones y/o equipos ATEX.

–          Nivel intermedio para técnicos, enfocada a técnicos encargados de realizar operaciones de instalación y mantenimiento sobre instalaciones y/o equipos ATEX.

–          Nivel avanzado para responsables, enfocada a cargos intermedios, supervisores/responsables, encargados de asegurar que todos los protocolos y procedimientos dentro de zona con riesgo de explosión se realizan de manera segura.

Junto con la formación, también es responsabilidad del empresario proveer de todos los medios necesarios para que el riesgo de explosión esté controlado. En concreto, podemos distinguir principalmente entre dos tipos de documentación para tal fin:

–          Procedimientos operativos/instrucciones de trabajo: se trata de pautas de trabajo generales o específicas donde se indican las precauciones a seguir y los medios a emplear en actividades a realizar en zonas clasificadas, especialmente aquellas que puedan agravar el riesgo de explosión. Estas instrucciones deberán ser conocidas por los trabajadores, incluyendo los métodos de trabajo seguro en zonas clasificadas.

–          Permisos de trabajo: la realización de determinadas actividades (mantenimiento o actividades fuera de operativa habitual) deberían ser autorizadas por escrito mediante un permiso de trabajo, en el que se evalúen los riesgos asociados y se establezcan las medidas preventivas necesarias para su realización garantizándose su cumplimiento.

Permiso de trabajo

Cuando nos fijamos en los factores que ocasionan accidentes en las empresas afectadas por la ATEX, una característica fundamental es que se producen con mayor porcentaje durante la realización de operaciones no habituales como mantenimientos, puestas en marcha, inspecciones, etc. Por ello, es especialmente relevante la adecuada implantación de un sistema de permisos de trabajo en zonas con riesgo de explosión.

Estos permisos de trabajo deben ser expedidos antes del comienzo de los trabajos y deberán contemplar todos aquellos aspectos que puedan influir en el riesgo de explosión. Por tanto, deben reflejar:

–          Riesgos indirectos que puede ocasionar el trabajo al interaccionar con otras operaciones.

–          Lugar exacto de la empresa en que deben realizarse los trabajos.

–          Indicación clara del trabajo que debe efectuarse.

–          Personal que va a intervenir.

–          Indicación de los riesgos.

–          Medidas de seguridad a adoptar.

–          Equipos de protección necesarios.

–          Inicio y finalización previsible de los trabajos.

–          Aceptación, confirmación y comprensión.

–          Procedimiento de extensión/relevo de turno.

–          Revisión de la instalación para comprobación y reanudación del servicio.

–          Comunicación de anomalías.

Además, en atmósferas explosivas es muy importante la comprobación previa y durante los trabajos de que no existe la presencia de atmósferas explosivas. En zonas clasificadas por gases o vapores mediante la medición /detección en continuo de gases inflamables presentes en la zona, mientras que, en zonas clasificadas por polvo, se deberán aplicar protocolos de limpieza segura para asegurar ausencia de polvo en la zona de trabajo y adyacentes.

Conclusiones

La importancia de una adecuada formación e información, así como disponer las medidas organizativas necesarias para conocer con exactitud los procedimientos y pautas a seguir para realizar cualquier operación de manera segura es una obligación incluida en el R.D. 681/2003 y la Ley de Prevención de Riesgos laborales, así como un tema de vital importancia para la efectiva reducción del riesgo de explosión en zonas ATEX.