La nueva directiva de la UE sobre la exposición al amianto representa un avance crucial en materia de seguridad y salud en el trabajo. Su transposición a los marcos legislativos nacionales es un paso esencial para reforzar la protección de los trabajadores frente a un agente cancerígeno peligroso. Por extraño que pueda parecer, el amianto todavía está presente en entornos laborales, especialmente en los sectores de la construcción, la demolición y el mantenimiento de infraestructuras.
Qué implica la nueva directiva UE sobre exposición al amianto
El objetivo principal de esta directiva es reducir significativamente el límite de exposición profesional al amianto. En concreto, establece un valor límite más estricto basado en tecnologías de medición más precisas, como la microscopia electrónica, en lugar de la óptica utilizada hasta ahora. Esta modificación permitirá detectar concentraciones más bajas de fibras en el aire y, por tanto, actuar con mayor eficacia preventiva.
La transposición de esta normativa implica que los estados miembros deberán adaptar su legislación laboral para cumplir con los nuevos estándares europeos, lo que incluye no solo la actualización de los valores límite de exposición, sino también el refuerzo de medidas como la formación específica de los trabajadores, la vigilancia de la salud, la notificación de actividades con riesgo de exposición y la mejora en los equipos de protección individual (EPI). Además, se subraya la importancia de la retirada segura del amianto todavía presente en muchos edificios e infraestructuras construidas antes de su prohibición.
Esta directiva UE también impulsa el uso de métodos menos invasivos y la aplicación de tecnologías seguras para la detección y eliminación del material. La implementación efectiva de esta directiva supondrá un reto logístico y económico para algunos países, pero es fundamental para cumplir con los compromisos de la Unión Europea en materia de salud pública y prevención del cáncer laboral. La transposición adecuada permitirá salvar vidas, evitar enfermedades graves y promover entornos de trabajo más seguros y saludables para todos los ciudadanos europeos.
¿Qué es el amianto y por qué es peligroso?
Con el término amianto, también llamado asbesto, nos referimos a un grupo de seis minerales, de la familia de los silicatos, con una estructura cristalina metamórfica fibrosa. Estos minerales tienen fibras largas, resistentes y tan flexibles que se pueden separar y entrelazar.
Entre sus propiedades básicas destacan su baja conductividad térmica y su elevado punto de fusión. Dos características que llevaron a usar el amianto en un elevado número de productos dentro de diversos sectores, incluso en productos de consumo general.
Las fibras del amianto se fragmentan en segmentos de tamaño minúsculo e imperceptibles a simple vista. Estas fibrillas se introducen en los pulmones por inhalación y, si no son expulsadas de forma natural, pueden generar, con el paso del tiempo, distintos tipos de enfermedades e incluso la muerte.
Archivado en: