En España, el estrés laboral provoca que se pierden más 25.000 millones de euros al año

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Comunico luego existo

Una de cada cuatro bajas que existen en España es por estrés, es decir un 25%, es un problema que afecta al 54% de la población activa y es el segundo motivo de bajas laborales, por el momento, detrás de las dolencias musculares y óseas. Por lo que es normal preguntarse, ¿se presta la atención necesaria a este problema tan frecuente? Considerando ambas partes salen perjudicadas, el empleado con estrés se encuentra incómodo, sufre e influye en sus otros entornos personales, teniendo problemas de ansiedad, la aparición del trastorno adaptativo, nervios, etc. Y el empresario está perdiendo cantidades económicas elevadas con esta situación. Pero en nuestro día a día nuestro amigo “el estrés” siempre está presente y parece ser que es normal que esté y que vaya a estar durante mucho tiempo acompañándonos.

Por tanto, contar con una buena salud mental de los empleados y los líderes en la empresa es fundamental para el rendimiento laboral y la productividad. Y es que según la AMAT (Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo) en España, solo el estrés laboral provoca casi el 25 % de las bajas laborales, lo que provoca que se pierden más 25.000 millones de euros al año. A esa cantidad hay que sumar los 55.000 millones de euros que se estima que dejan de ingresar por ausencia de los empleados. Es decir, que si a las pérdidas reales se le suman los ingresos que se dejan de tener, el coste total asciende a 80.000 millones de euros al año por estas causas.

Para que tengamos una idea, esta cifra de 25.000 millones de euros en pérdidas es similar al valor bursátil del BBVA en 2013. Pero la suma de dichas pérdidas a los 55.000 millones de euros en ingresos que se dejan de tener (80.000 millones de euros en total) equivale al 150% de la capitalización de este banco (54.307 millones), que es el sexto banco sistémico más consolidado de la Zona Euro, a enero de 2014.

Por todo lo anterior la prevención y la intervención precoz en la salud emocional permiten reducir el absentismo, aumentar la productividad y mejorar el clima laboral. Cuando las personas cuentan con un buen nivel de salud física y emocional, rinden más. Las organizaciones saludables son más efectivas. Además, cuidar de la salud emocional de las personas ayuda a captar talento de calidad, especialmente entre las nuevas generaciones.

El valor reputacional de una organización con un buen clima laboral se refleja a todos los niveles. No solo mejora su imagen como empresa empleadora o employer branding, sino que el trato que reciben clientes y proveedores por parte de los trabajadores se verá positivamente influenciado.

Como explican desde la Fundación Salud y Persona, un buen clima de salud emocional en la empresa se refleja también en el cumplimiento de objetivos, tanto los individuales como los del equipo y de la organización. Además de reducir el absentismo laboral, aumenta el compromiso con la organización porque mejora la motivación y la comunicación entre los trabajadores. También facilita liderazgos más saludables y genera círculos virtuosos: las actitudes positivas obtienen mejores respuestas.

¿Qué factores inciden en la salud mental?

Son muchos los factores que influyen en la salud mental de los trabajadores, como indican desde la Fundación Salud y Persona los principales factores de riesgo en el entorno laboral que provocan la presencia de problemas y trastornos mentales son:

·      Cargas de trabajo excesivas, exigencias contradictorias y falta de claridad de las funciones que debe desempeñar.

·      Comunicación ineficaz, poco asertiva y falta de apoyo por parte de directivos o los compañeros.

·      Intimidación y críticas que pueden generar frustración y sentimientos de temor y rabia, acoso psicológico y sexual.

·      Condiciones laborales inadecuadas, tales como oficinas con espacio físico reducido, escasez de luz natural y mala ventilación contribuyen en la aparición de estrés y tensión.

Por consiguiente, como explican los expertos de la Fundación está claro que el estado de ánimo puede afectar notablemente los resultados laborales, y por esta razón, es indispensable tener un buen ambiente en el trabajo, ya que esto influirá directamente en la productividad de las personas en su lugar de trabajo.

¿Cómo podemos cuidar nuestra salud mental en el trabajo?

Desde la Fundación Salud y Persona nos ofrecen unas líneas generales que luego adaptemos a nuestra realidad particular como trabajador y, por supuesto, a aquello que sea factible en nuestro entorno laboral.

1. Cuidar el entorno físico para cuidar del bienestar psicológico

Un entorno de trabajo bonito, cómodo y bien equipado no es garantía de éxito para el buen rendimiento… pero se le parece. Siempre que podamos, tenemos que procurar que las condiciones materiales en las que trabajemos sean adecuadas y amables, que no generen rechazo. Como explican los expertos de la Fundación Salud y Persona “El espacio físico influye mucho en lo bien o lo mal que podemos llegar a encontrarnos, independientemente de la tarea que estemos haciendo”.

2. Calidad de las relaciones con los compañeros

Todos sabemos que un trabajo puede ser el más feo del mundo pero que, si lo desempeñamos al lado de gente maravillosa, se hace llevadero, incluso agradable.

Los compañeros de trabajo no tienen por qué ser tus amigos. Lo importante es que se tenga claro que, amigos o no, podemos apreciarnos y forjar entre nosotros relaciones de cooperación, afinidad y confianza. Si estamos contentos y motivados la calidad de la tarea que realizamos tenderá a subir como la espuma.

3. Cuidar las relaciones entre distintos niveles jerárquicos

Las relaciones entre distintos niveles de la jerarquía de la empresa tienen sus peculiaridades respecto a las que forjamos con nuestros compañeros de nivel. Sin embargo, ambas tienen algo en común: hay que cuidarlas con mimo, porque eso es importante para trabajar bien y para cuidar la salud mental en el trabajo.

4. Tener una buena organización del tiempo

Como nos indican desde la Fundación Salud y persona, la organización del tiempo es crucial para que nuestro mundo interior funcione y que, por tanto, podamos cuidar la salud mental en el trabajo. Si le faltan horas, la consecuencia va a ser agobio, estrés y sensación de no llegar porque la exigencia es difícilmente asumible. Además, la persona vivirá con una permanente sensación de inseguridad por posibles errores cometidos por ir con prisas. Por el contrario, si hay un exceso de tiempo libre la consecuencia será utilizarlo de manera desordenada por efecto de la dispersión.

5. Fomentar la capacidad de la empresa para cambiar y adaptarse

La evolución de toda empresa en función de las circunstancias de cada momento ponen de manifiesto sus fortalezas y, por qué no decirlo, diversos vicios e inercias arrastrados a lo largo de los años, que tienen un claro impacto en la vida cotidiana de los trabajadores.

Evidentemente el trabajo es el que es y, sobre todo en compañías muy grandes o en aquellas con pocos recursos, es difícil organizar las cosas a gusto de todos sin que la productividad laboral se vea perjudicada. Sin embargo, lo bueno de experimentar nuevas formas de trabajar es que se abre la posibilidad a incorporar métodos de trabajo más lógicos o, por decirlo de alguna manera, con una lógica que tenga en cuenta un poco más al empleado y no solo a la tarea.

6. Transparencia y comunicación fluida

Cuando el trabajador sabe a qué atenerse, percibe que hay alguien sensato tomando decisiones y es informado con sinceridad de aquello que le atañe, entonces el nivel de ansiedad tiende a disminuir.

Esto quiere decir que, tanto si las cosas van bien como si vienen mal dadas, es necesario también que la información fluya de manera satisfactoria, que no haya una sensación de “segundas intenciones” o de “agendas ocultas” y que, además de trabajar movidos por un gran propósito tengamos la sensación de que nos estamos dirigiendo hacia él a través de los datos.

La salud y el bienestar emocional, la mejor inversión

La OMS estima que, por cada dólar invertido en el tratamiento y prevención de trastornos mentales comunes, como la depresión y la ansiedad, se obtiene un rendimiento equivalente a 5 dólares en cuanto a la mejora de la salud y la productividad. Queda claro que las actuaciones en prevención y salud psicosocial no deben valorarse nunca como un gasto, sino como una inversión.