Los trabajadores latinos encabezan la estadística por quinto año consecutivo. Pero además las cifras de fallecidos van en aumento. Así lo refleja el informe Morir trabajando: el impacto del abandono, publicado en 2024 por la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales. El documento analiza datos de 2022, cuando se contabilizaron 344 muertes laborales diarias, resultantes de las condiciones de trabajo y enfermedades profesionales crónicas. Los latinos son los trabajadores más afectados por accidentes que resultan en muertes laborales, muy por encima de cualquier otra franja étnica.
Los datos del estudio son impactantes por el marcado contraste en los accidentes laborales mortales del sector poblacional que en EEUU recibe el nombre de ‘hispanos’. Datos de fechas recientes contabilizan 1.250 muertes laborales de latinos desempeñando las tareas requeridas por su empleo. Esto indica una subida del 25 por ciento en el riesgo de muerte respecto a la década previa. El segundo colectivo que afronta este peligro es el de los afroamericanos, con 735 muertes registradas. Aunque están muy por detrás de los latinos, se trata del número más alto de víctimas negras en el trabajo en los últimos 15 años.
Una explicación del elevadísimo riesgo de los trabajadores latinos es que la tasa de mortalidad laboral de los trabajadores autónomos es tres veces mayor que la de los trabajadores asalariados. Entre otras cosas, porque quedan fuera de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional. Estos latinos que trabajan como autónomos o pequeños empresarios temen perder el trabajo, dado que la mayoría serían inmigrantes. Por tanto, no pueden denuncian la peligrosidad de las condiciones laborales, por lo que deben afrontar jugarse la vida todos los días.
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