El presidente en funciones Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz han firmado un acuerdo para establecer la jornada laboral de 37,5 horas semanales, en lugar de las 40 horas que marca la normativa actual. Alabada en sectores afines al gobierno, lo cierto es que la medida de la reducción de jornada tiene aspectos positivos y negativos para la seguridad laboral.
Aspectos positivos y negativos de la reducción de jornada para la seguridad laboral
El acuerdo que firman ambas partes marca el afianzamiento de las políticas laborales que los dos partidos aplicaron en su gobierno de coalición durante la pasada legislatura, avanzando hacia un objetivo común de flexibilización de la jornada laboral.
Las dimensiones positivas son evidentes: menos horas de trabajo, más posibilidades de descanso y una mejor conciliación de la vida personal con la profesional.
Sin embargo, es probable que la carga de trabajo no descienda, por lo que habrá menos tiempo para realizar las mismas tareas. Los resultados del horario abreviado podrían ser:
- Aumento del estrés laboral.
- Precipitación y descuidos para lograr terminar el cometido.
- Riesgos laborales y posibilidades de accidentes.
- Descenso de productividad.
¿Menos horas y más estrés laboral?
El síndrome de estrés crónico o síndrome del trabajador quemado —burnout en inglés— no es un trastorno laboral de reciente aparición, ya que se recoge por primera vez en textos de 1970. Pero es con la pandemia de coronavirus cuando hay una escalada de ansiedad laboral. No en vano la OMS la certifica como enfermedad laboral en enero de 2022.
El síndrome es crónico cuando la ansiedad laboral aparece como fenómeno recurrente y prolongado durante meses o incluso años. En este caso el trabajador queda permanentemente ‘noqueado’ por una extenuación física, intelectual y psicológica que produce malestar y desmotivación profesional. Pueden acompañar a la patología otros problemas físicos como las jaquecas o el insomnio.
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