Encuentros con FSL

El sector sanitario, sus riesgos y las propuestas para mejorar las condiciones de seguridad de sus trabajadores, a examen

La revista “Formación de Seguridad Laboral” organizó el pasado 3 de octubre junto con la Fundación Borredá, la colaboración del Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST) de la Comunidad de Madrid y el patrocinio de Previnsa, el desayuno profesional titulado “La salud y la seguridad laboral de los trabajadores del sector sanitario”.

Desayuno profesional seguridad laboral en el sector sanitario.
Jaime Sáez de la Llave

La revista “Formación de Seguridad Laboral” organizó el pasado 3 de octubre junto con la Fundación Borredá, la colaboración del Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST) de la Comunidad de Madrid y el patrocinio de Previnsa, el desayuno profesional titulado “La salud y la seguridad laboral de los trabajadores del sector sanitario”.

La relación de asistentes fue la siguiente: Ángel Jurado Segovia, director general de Trabajo de la Comunidad de Madrid y gerente del IRSST; Diego Cañedo, jefe de División de Planificación y Ejecución Técnica del IRSST; Mª Teresa González, médica del trabajo del IRSST; José Luis Martínez, técnico de prevención del Hospital Príncipe de Asturias del Servicio Madrileño de Salud; Francisco Javier Fuertes, responsable corporativo de Actividad Preventiva en Quirónsalud; Virginia Colas, técnico superior en PRL del Servicio de Prevención Mancomunado del Hospital Universitario Infanta Leonor; Carmela de Pablo, técnico en PRL experta en el sector sanitario; Norberto Afonso, coordinador territorial de prevención de Asepeyo; Antonio de Cos, director del Servicio de Prevención Propio de Fraternidad-Muprespa; Carlos Maya, técnico de PRL del Departamento de Prevención y Desarrollo de la Cultura de la Salud de Fraternidad-Muprespa; y Esmeralda Gutiérrez, directora técnica de Previnsa.

Por parte de Editorial Borrmart estuvieron presentes Antonio Borredá, director de la revista Formación de Seguridad Laboral –que ejerció de moderador–; Jaime Sáez, subdirector de la publicación; Mª Victoria Gómez Alonso, directora de Relaciones Institucionales; y Ancor Morales, responsable del Área de Audiovisuales.

En la inauguración del encuentro, Ángel Jurado, gerente del IRSST, señaló que, en cuanto a accidentabilidad, el índice de incidencia del sector sanitario es un poco más elevado que la media en la Comunidad de Madrid, motivado por la complejidad del entorno y del lugar, ya que “un hospital es un mundo entero” en el que confluyen perfiles profesionales muy variados.

Riesgos y enfermedades

El inicio del debate estuvo marcado por las reflexiones en torno a las dolencias de espalda, las cuales protagonizan las enfermedades de un sector eminentemente femenino, incrementándose asimismo los casos de síndrome del túnel carpiano y las tendinitis. Para impedir la aparición de estas patologías, “la formación teórico-práctica es básica: ésta debe ser constante”, explicó Mª Teresa González, del IRSST, ya que se ha comprobado que la impartición de cursos son útiles a la hora de corregir posturas perjudiciales para el sistema musculoesquelético, que se adoptan por las prisas en la realización de tareas.

Desayuno profesional seguridad laboral en el sector sanitario.

En lo relativo a las enfermedades profesionales, el riesgo biológico está muy presente. Más concretamente, las conjuntivitis constituyen un problema importante ya que resultan difíciles de prevenir por su alta contagiosidad, aunque existen protocolos específicos de tal forma que “cuando hay sospecha, se aísla al trabajador y se le concede la baja”, tal y como sostuvo Mª Teresa González.

Para lograr los objetivos marcados es prioritario implantar la integración de la prevención, algo que “en el sector hospitalario cuesta ya que presenta unos condicionantes, a lo que hay que añadir la resistencia al cambio por parte del personal, ya que dicho cambio produce un rechazo inicial”, según Carlos Maya, de Fraternidad-Muprespa.

Ahondando en lo expuesto por parte de los participantes, Antonio de Cos, de Fraternidad-Muprespa manifestó que, además de las patologías derivadas de los sobreesfuerzos, deben contemplarse “los riesgos psicosociales, las agresiones a personal sanitario y los accidentes por material cortopunzante”. Estos últimos preocuparon en su momento sobremanera a esta mutua, iniciándose un programa específico que consiguió su reducción.

El análisis de riesgos característicos del personal sanitario prosiguió, apuntándose “la falta de personal –con la sobrecarga de trabajo que supone–, los turnos rotativos –con la inseguridad, incertidumbre y falta de conciliación que conllevan– la presión en torno a las bajas laborales y la carencia de formación e información”. La responsable de estas declaraciones, Carmela de Pablo –técnico en PRL experta en seguridad en el ámbito hospitalario– advirtió que “los primeros que tenemos la obligación de velar por la salud somos los propios trabajadores a los que hay que inculcar de que son los responsables primeros de su seguridad para tener una buena calidad de vida y para desarrollar su labor profesional”.

Las campañas puestas en marcha por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital Infanta Leonor –que vela por la seguridad de cerca de 9.000 trabajadores en 7 hospitales– en torno a las enfermedades profesionales, accidentes ‘in itinere’ y a la concienciación de la importancia de la vacunación han dado sus frutos, tal y como indicó Virginia Colas. Para esta experta, en las escuelas universitarias “deberían hablar en asignaturas básicas de la movilización de pacientes, con ejercicios prácticos”, concluyendo “que en sanidad hay falta de conocimiento en determinadas cosas”.

Formación

Ahondando en la formación, Esmeralda Gutiérrez, de Previnsa, aclaró que “los centros sanitarios nos contratan para planes de autoprotección porque obliga la legislación” pero en numerosas ocasiones “el documento se guarda en el cajón, de tal modo que de nada sirven dichos planes si el personal no sabe qué hacer en caso de emergencia”. Además, “a veces no se recicla la formación adquirida: nosotros proponemos realizar inversiones fuertes ya que hay que programar formaciones periódicas para que todo el personal pase por ellas”. La dinámica para alcanzar el éxito pasa por “prácticas con simulacros: con ellos plasmas los procedimientos que están en los papeles, siendo imprescindible la implicación de la dirección y del servicio de prevención”. Desde Previnsa, “hacemos protocolos especializados en cada unidad y ponemos en común nuestra experiencia en incendios y la suya; además, revisamos sus protocolos de evacuación y le damos la formación para hacerla de la forma más segura posible”. Una singularidad de los hospitales es que “son edificios de gran movilidad de personal, que debe estar formado y capacitado ya que hay que atajar los incidentes desde el minuto uno porque el parque de bomberos a veces está muy lejos”, con las consecuencias fatales que podrían derivarse de un desconocimiento o de actuar demasiado tarde.

El contacto físico y emocional del personal sanitario, el enfoque del sector desde una perspectiva de género, la integración de la prevención como asignatura pendiente y los accidentes ‘in itinere’, fueron los aspectos a contemplar y a examinar apuntados por Norberto Afonso, de Asepeyo, mutua que apoya a las empresas y las asesora.

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