Encuentros con FSL

Los TME, los EPIS, la normativa y la formación, claves de la seguridad laboral en el sector alimentario

El pasado 7 de febrero, la revista ‘Formación de Seguridad Laboral’ –en colaboración con la ‘Fundación Borredá’ y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST)– con el patrocinio de las empresas Calzados Paredes, Impotusa y Juba, celebró un desayuno profesional dedicado a la prevención de riesgos y la seguridad en el trabajo en el sector de la industria alimentaria.

Desayuno de trabajo seguridad laboral en la industria alimentaria.
Jaime Sáez de la Llave

El pasado 7 de febrero, la revista ‘Formación de Seguridad Laboral’ –en colaboración con la ‘Fundación Borredá’ y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST)– con el patrocinio de las empresas Calzados Paredes, Impotusa y Juba, celebró un desayuno profesional dedicado a la prevención de riesgos y la seguridad en el trabajo en el sector de la industria alimentaria.

La relación de asistentes fue la siguiente: Elena Limón, técnico del Centro Nacional de Nuevas Tecnologías (CNNT) del INSST; Marta de las Heras, técnico del Servicio de Prevención Mancomunado de Calidad Pascual; Luis Quesada, responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales Propio de Juver Alimentación, S.L.U.; Carlos Cavero, coordinador de prevención de riesgos laborales de Incarlopsa; Javier Bandrés, responsable del Servicio de Prevención Propio de Argal Alimentación, S.A.; Helder Figueira, gerente de negocios de DuPont Sustainable Solutions; Milagros Barrero, técnico de prevención en Campofrío España en Sigma Europa; Patricia López y Elena Franco, jefa y técnico de seguridad y salud en el trabajo de Entrepinares, respectivamente; Jorge Prieto, responsable de seguridad, salud y bienestar en Mantequerías Arias, S.A.U.; Joaquín Díez, coordinador de seguridad y bienestar en Florette; Norberto Afonso, coordinador territorial en prevención de Asepeyo; Rafael Paredes, gerente de Calzados Paredes; Lucas Gallego y Jorge Ullate, gerente y jefe de compras especialista en EPIS de Impotusa, respectivamente; y José Luis Barrajón, delegado y promotor en zona centro de Juba.

Por parte de la revista ‘Formación de Seguridad Laboral’ acudieron Antonio Borredá y Jaime Sáez, director y subdirector de la publicación, respectivamente, y Mariví Gómez, directora de Relaciones Institucionales.

Elena Limón, del CNNT (INSST), inauguró el debate recordando que la industria de la alimentación aparece en la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo como una actividad prioritaria, no por los accidentes que padece, sino por el gran número de trabajadores que atesora, constituyendo «un sector estratégico».

Con respecto a datos correspondientes al ejercicio del año 2017, en cuanto a índices de incidencia, estos reflejan que son accidentes de carácter leve por sobreesfuerzos, mayormente, siendo el resto debidos a choques, cortes y pinchazos.

En cuanto a las partes del cuerpo más afectadas, fueron los dedos, la espalda, las manos y las piernas.

Para concluir su intervención, Elena Limón explicó que el INSST está trabajando con las industrias cárnicas, con ANICE y con comunidades autónomas para recoger cuáles son las tareas de los mataderos, recopilando las dificultades y los aspectos críticos de los puestos de trabajo.

Desayuno de trabajo seguridad laboral en la industria alimentaria.

Ergonomía

El primer punto de interés para los participantes se centró en los trastornos musculoesqueléticos (TME) y sus consecuencias. Javier Bandrés, de Argal Alimentación, apuntó que el Convenio Colectivo de la Industria Cárnica no ayuda a regular los accidentes vinculados a estos trastornos ya que en una de sus páginas habla de «trabajos por tareas», primando que se acabe cuanto antes, por lo que sube el ritmo de trabajo, lo que afecta a los TME.

Elena Franco detalló el programa de calentamientos y estiramientos implantado en la empresa Entrepinares desde el año 2016, en el que se recopilaron datos, se impartió formación en ergonomía y se crearon fichas para cada puesto de trabajo, realizándose previamente un mapa de riesgos. Gracias a dicho programa se notó una disminución de los incidentes provocados por los TME. El éxito se logró «al hacer al trabajador parte de la solución, aportando ideas de mejora: la gente habla de prevención en planta y está muy implicada», subrayó Patricia López, de Entrepinares.

En el caso de Mantequerías Arias se puso a disposición de los trabajadores fisioterapeutas en todas las fábricas, fomentando una fisioterapia preventiva. Además, una vez al mes tiene lugar una sesión dedicada a la escuela de la espalda. «Se educa posturalmente dentro y fuera del trabajo, ya que las buenas prácticas deben aplicarse también a la vida personal», tal y como indicó Jorge Prieto.

Calidad Pascual sigue la misma línea de actuación que las empresas anteriores. En ese sentido se manifestó Marta de las Heras, señalando que los trabajadores pueden acudir a clases de pilates. Además, la compañía cuenta con fisioterapeutas externos, planes de calentamientos y aula de la espalda.

Para Milagros Barrero, de Campofrío España en Sigma Europa, «la base de la ergonomía es el diseño, el estudio de los puestos de trabajo, de tal forma que no podemos perder el foco, que es el trabajador, es el pilar de seguridad». Por todo ello, las políticas de prevención se materializan en la empresa a través de programas de ergonomía y gym.

Carlos Cavero definió el método de trabajo en cuanto al ámbito de la ergonomía a través de unas fichas que sirvieron a Incarlopsa para analizar los puestos de trabajo, unas evaluaciones de las que por medio de unos códigos de colores («semáforos») indican la situación de riesgo potencial (rojo, verde o ámbar) y permiten actuar preventivamente.

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