Juan Manuel Cano Galdón.
Juan Manuel Cano Galdón Técnico de prevención. Miembro del Equipo de Especialización de Atmósferas Explosivas FREMAP

Atmósferas explosivas en Pymes

Carpintería

Cuando pensamos en industrias o empresas donde existe el riesgo de sufrir una explosión, la mente siempre nos dibuja una gran industria química tipo refinería de petróleo, llena de chimeneas humeantes y esferas con aspecto de explosionar en cualquier momento. Pero, ¿es esto siempre así?, ¿sólo se dan este tipo de accidentes en esas grandes industrias?

Este 2021 es un año especial para mí, porque “cumpliré” 10 años dedicándome a lo que ha sido y es mi gran “pasión” profesional, la prevención en zonas ATEX. Recuerdo el primer accidente que, recién incorporado a mi actual empleo, me llegó relacionado con este tema. Una pequeña empresa dedicada a la extracción de aceite, sufría una explosión en la que fallecían dos trabajadores, que realizaban tareas de mantenimiento en un bidón supuestamente vacío, que en campaña se utilizaba para almacenar hexano. La empresa no era una gran multinacional, era una PYME familiar que tenía en temporada a unos 20 trabajadores.

Recordemos la definición de atmósfera explosiva, recogida en el Real Decreto 681/2003: A los efectos de este real decreto, se entenderá por atmósfera explosiva la mezcla con el aire, en condiciones atmosféricas, de sustancias inflamables en forma de gases, vapores, nieblas o polvos, en la que, tras una ignición, la combustión se propaga a la totalidad de la mezcla no quemada. Es decir, para que se forme una atmósfera explosiva tan solo necesitamos tener una sustancia inflamable en cantidad suficiente, aire y una fuente de ignición y que entren en contacto. Por ejemplo, esa empresa de extracción de aceite que para la dilución de grasas utiliza hexano y tienen en su almacén un depósito de 1000l; la cocina de gas industrial que tiene una tubería amarilla al fondo a la izquierda; el obrador donde se trabaja toda la noche y en el que “a veces” no da tiempo a limpiar a fondo y se nos quedan capas de harina encima de los motores de la amasadora; el taller de chapa y pintura donde se utilizan a diario pinturas inflamables dentro de su cabina, o la carpintería donde se acumula serrín sobre las superficies. Son solo algunos ejemplos de empresas medianas o pequeñas donde se convive durante el día a día con este riesgo.

Pero, ¿este tipo de empresas conocen que están expuestos a sufrir una explosión?, ¿sus organizaciones preventivas les han informado debidamente y han elaborado el documento de protección contra explosiones que requiere la normativa?, ¿han tomado las medidas preventivas necesarias para reducir la probabilidad de sufrir esa explosión? ¿han formado e informado al personal que participa en los procesos?

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