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Sergio Bravo Gilarte Formador Ludus Global

Gamificación de la formación en prevención con realidad virtual

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La gamificación, o aplicación de mecánicas propias de los juegos, es una gran herramienta para involucrar a los trabajadores en formaciones de prevención de riesgos. Nuevas tecnologías como la realidad virtual ya han mostrado su potencial para gamificar estas formaciones, además de aportarles un componente realista y experiencial.

La dificultad para captar y mantener la atención en formación preventiva

Tras casi 18 años impartiendo formación en materias de prevención, he visto muchos empastes, ojos cerrándose y cabezas cayendo intempestivamente durante las formaciones teóricas.

Teniendo en cuenta que yo soy un afortunado, dado que el 90% de los cursos de formación que he impartido en mi vida han sido teórico-prácticos, puedo suponer que los entrenamientos me han ahorrado presenciar muchos bostezos.

¿Estoy acaso diciendo que no es necesario transmitir unos conceptos teóricos? Por supuesto que no. Lo que digo es que existen otras formas más experienciales e innovadoras de hacerlo que una presentación de Power Point o un vídeo desenfocado de hace 20 años.

Reconozco que no puedo culpar a los trabajadores por desconectar de un tema que, por importante que pueda ser, a ellos les resulta, en general, tedioso y árido. En muchos casos, porque no le ven la aplicabilidad directa a su trabajo.

Necesitamos un método más dinámico, participativo y práctico para evitar que el aprendizaje se vea truncado por el aburrimiento o la sensación de inaplicabilidad.

Realidad virtual para añadir un componente práctico a la formación en seguridad y salud

La realidad virtual puede usarse en el aula para explicar conceptos teóricos de una manera más experiencial, permitiendo adquirirlos rápidamente al aplicarlos de forma directa. También permite practicar sin peligro real situaciones de alto riesgo.

Es una herramienta que aporta numerosas ventajas, pero la principal es que la formación puede realizarse de forma más ejecutiva. Esta es la crítica constructiva más generalizada que los alumnos manifiestan al valorar las formaciones: cuanto más práctica, mejor.

Aun así, existe un nivel de dificultad superior al que debemos sobreponernos: los trabajadores que llevan realizando el mismo trabajo durante años y han recibido varios cursos de formación sobre la misma temática. Convivir a diario con un determinado riesgo hace que el nivel de alerta baje y aparezcan errores o imprudencias. Según la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), el error humano causa entre el 80% y el 90% de los accidentes laborales.

¿Cómo podemos hacer que estos trabajadores experimentados participen activamente en las formaciones y aprendan? La gamificación de la formación puede ser una poderosa aliada en estos casos.

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