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Gilles San Pedro Sales Manager Cotral Iberia

La contaminación acústica, un asunto a tomarse en serio

La contaminación acústica es un problema creciente en toda Europa y una gran proporción de personas todavía no sabe cómo afecta a su salud. Las ciudades se han convertido en el epicentro de una especie de contaminación, la contaminación acústica, que a pesar de su invisibilidad, y de que la crisis del coronavirus la ha reducido a casi nula, es muy dañina para el ser humano. Según las últimas cifras publicadas por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), 12.000 personas en Europa mueren prematuramente cada año debido a la exposición al ruido.

Además, provoca 48.000 casos de cardiopatía isquémica cada año y afecta negativamente al desarrollo cognitivo de los niños.

El nivel de calidad acústica actual en España es unos 10 decibelios superior a la recomendación actual de la Organización Mundial de la Salud.

Según la misma agencia, estos efectos sobre la salud comienzan a manifestarse a niveles de ruido por debajo de los 55 decibelios durante el día, y por debajo de los 50 decibelios por la noche, el umbral de notificación establecido por la Directiva de Ruido Ambiental de la Unión Europea.

Los países europeos han tomado una serie de medidas para reducir y controlar los niveles de ruido. Sin embargo, según el informe de la AEMA sobre el ruido, es difícil evaluar sus beneficios en términos de resultados positivos para la salud.

Algunas de las medidas más populares para reducir los niveles de ruido en las ciudades incluyen la sustitución de viejas carreteras pavimentadas por asfalto más suave, una mejor gestión del flujo de tráfico y la reducción del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora. Algunas ciudades han emprendido proyectos destinados a enmascarar el ruido del tráfico produciendo sonidos más agradables, como cascadas, en los centros urbanos. También existen medidas destinadas a concienciar y cambiar los comportamientos en el uso de medios de transporte menos ruidosos como bicicletas, y vehículos eléctricos.

En Francia, seis comunidades participarán durante dos años en un experimento en el que unos radares sonoros buscan medir el nivel de ruido de ciertos vehículos en zonas sensibles y multar a los causantes de una contaminación sonora, que tiene graves consecuencias sanitarias y económicas.

Cada día estamos expuesto al ruido, en el trabajo o en el ocio. Sería un error minimizar este problema y acostumbrarnos a esta situación. Es imprescindible protegernos.

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