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El riesgo térmico y la protección de las manos

Riesgo térmico y la protección de las manos

En Europa, cada minuto una persona sufre quemaduras en el lugar de trabajo. El 50% de estas quemaduras se producen en el sector de la metalurgia y en las industrias de alimentación y química. Detrás de este dato se esconde una realidad compleja protagonizada por miles de trabajadores que se exponen diariamente al contacto con piezas calientes, entrando en riesgo de sufrir quemaduras en las manos.

¿A qué temperatura se produce una quemadura en la piel?

A partir de los 45 ºC empieza a aparecer el fenómeno de la quemadura, el cual depende de la presión que se ejerza sobre la piel y del tiempo de contacto.

A la hora de prevenir los accidentes relacionados con el calor de contacto no hay que olvidar que el trabajador necesita destreza en los movimientos y sensibilidad en el tacto, por lo que es fundamental para garantizar ambos aspectos saber elegir el guante más adecuado.

¿Cómo se selecciona un guante de protección contra el calor de contacto?

La clave en la manipulación de piezas calientes reside en obtener una protección térmica óptima al mismo tiempo que una destreza suficiente y una buena sensibilidad.

Veamos los 4 factores que determinarán nuestra selección del guante:

  • Entorno de trabajo.
  • Tiempo de contacto y temperatura.
  • Resistencia térmica.
  • Destreza.

Quemaduras en el lugar de trabajo.

¿Cómo se selecciona un guante de protección contra el calor de contacto?

1. Entorno de trabajo. La diversidad de los entornos de trabajo es variable, pero podemos hacer una clasificación según si se trabaja en:

  • Entornos secos o poco sucios: para trabajar en entornos secos o poco sucios, se puede trabajar con una gran variedad de guantes, incluso con guantes sin recubrimiento.
  • Entornos levemente húmedos o aceitosos: si manipulamos piezas calientes en presencia de grasa o aceite, será necesario que el recubrimiento del guante sea estanco al aceite.
  • Entornos químicos: en el caso de manipulaciones térmicas que requieran además una protección química, las características de los guantes deben de proporcionar una protección química específica.

2. Tiempo de contacto: es el tiempo que transcurre entre 2 contactos con la pieza caliente.

Existe una relación directa entre el tiempo de contacto y el incremento de temperatura en la mano. Esto se debe a que en el lapso de tiempo que transcurre entre dos contactos, tanto la mano, como el guante y la pieza manipulada, se enfrían. Por el contrario, en contactos permanentes (en los que el tiempo de contacto es elevado), la temperatura de la mano se incrementa con el paso del tiempo.

¿Cómo se selecciona un guante de protección contra el calor de contacto?

3. Resistencia térmica: esta variable mide la degradación del guante al contacto con cuerpos a elevadas temperaturas. Cada material tiene su propia resistencia térmica:

Resistencias térmicas de los materiales

  • El Kevlar y el algodón empiezan a deteriorarse a partir de los 250 ºC.
  • El neopreno se pone negro a partir de los 175 ºC.
  • El nitrilo y la poliamida se dañan sobre los 150 ºC.
  • El látex soporta hasta 125 ºC.

4. Destreza: es fundamental tener claro el nivel de destreza que precisa el trabajador (un guante demasiado grueso que ofrezca una elevada protección térmica puede no servir ya que no proporciona la destreza suficiente).

No olvidemos que una destreza insuficiente puede provocar la caída de la pieza manipulada con el consiguiente riesgo de lesiones en las extremidades inferiores y con la interrupción de la operación de trabajo.

Existe una relación directa entre el tiempo de contacto y la temperatura máxima con la que se puede trabajar con un guante. Cuando los tiempos de contacto son cortos, un guante puede proteger a temperaturas relativamente elevadas, pero como ya hemos visto, la protección térmica del guante disminuye drásticamente a medida que el tiempo de contacto aumenta.

Conclusión

Como hemos visto, son varios los factores que determinan cuál es el guante más conveniente para protegernos contra el calor de contacto y es necesario tenerlos todos en cuenta.

La protección de las manos del trabajador es importante, pero también lo son la destreza, el tacto, la durabilidad del guante, su idoneidad en función del entorno de trabajo.