Javier Krohn
Javier Kronh Director general Nederman Ibérica

Extracción localizada: la mejor protección ante los humos de la soldadura

Humos soldadura.

La extracción localizada constituye la solución más eficaz para conseguir un lugar de trabajo seguro que evite las consecuencias de los humos sobre los trabajadores

En la industria existen muchos procesos que generan contaminantes que afectan a la salud de los trabajadores, siendo los humos de soldadura unos de los principales riesgos. Por ello, es necesario eliminarlos antes que alcancen el tracto respiratorio de los operarios.

Los procesos de soldadura generan humos con diferentes compuestos. Así, la soldadura en acero inoxidable o sobre galvanizado podría originar humos con cromo hexavalente, la realizada sobre acero de alta resistencia, manganeso; fluoruros en arco sumergido y, así, un largo etcétera. Se calcula que cada soldador genera por hora una media de 30 gramos de polvo con estos compuestos.

Los  efectos sobre la salud de los trabajadores y los síntomas son variados: desde simples irritaciones de piel, pasando por dermatitis, asma, enfisemas y fibrosis pulmonares. Hay que resaltar que muchos de estos efectos tienen inicialmente síntomas básicos como simples dolores de cabeza, picores o nauseas, que muchas veces nos hace difícil relacionar con la causa del problema.

Extracción localizada.

Como señalábamos, la forma más eficaz de solventar esto es hacerlo a través de la “extracción localizada”, capturando la contaminación en el mismo foco, impidiendo que se extienda por el taller.

Con ello se consigue el objetivo principal: la creación de un ambiente de trabajo óptimo reduciendo la incidencia de la contaminación sobre las personas. Así, existen diferentes tecnologías en función de la aplicación-problema a resolver, de modo que se pueden disponer de dos grandes tipos de sistemas de aspiración:

  1. Sistemas de “bajo vacío” utilizado para la captación de humos y gases, o sea, partícula pequeña que puede quedarse en suspensión.
  2. Soluciones de “alto vacío”, para la captación de partículas más pesadas como el polvo, viruta metálica o simplemente para limpieza industrial.

Tratamiento de los contaminantes

Los humos de soldadura son extraídos del puesto de trabajo a través brazos de aspiración que se posicionan lo más cerca posible del foco.

La gama de brazos que existe en el mercado es amplísima: desde brazos telescópicos que abarcan longitudes desde 90 cm a 1,5 m, a brazos con extensión con un alcance de 9 metros, con lo que podemos cubrir grandes piezas o áreas de trabajo.

En el caso de soldadura en torcha, la extracción se puede realizar en la propia pistola sin necesidad incorporar dispositivos accesorios (torchas con aspiración integrada de reducido volumen y peso).

En cuanto al tratamiento del humo de soldadura, una vez capturado es filtrado antes de emitirse a la atmósfera. Aquí Nederman cuenta con una amplísima gama de filtros que van desde equipos portátiles a sistemas centralizados que pueden alcanzar elevados caudales.

Cuando hablamos de “alto vacío” (captación de polvo, limpieza industrial, etc.), todos los equipos van dotados de filtros que alcanzan un alto grado de filtración. Los contaminantes capturados llegan a filtros de mangas en el caso del polvo o humos, mientras que si además aspiramos materia gruesa, como podría ser viruta metálica, se disponen de preseparadores que la recogen previamente.

Soluciones de extracción adaptables a cualquier necesidad

A la hora de dimensionar un sistema, la base fundamental es el número de operarios o puestos a los que dotar de extracción y la simultaneidad que habrá entre ellos, es decir, el número de usuarios que requerirán aspiración al mismo tiempo.

Naturalmente, la inversión depende del tipo solución por la que se opte. Nederman dispone de un departamento de ingeniería que, de forma gratuita, asesora a las empresas con el fin de recomendar y dimensionar las soluciones óptimas en cada caso, adaptando dicha solución para que aporte las necesidades presentes y futuras de cada cliente.