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Manuel Martín Millanes Account Manager Ramos STS® Desul®

Vestuario desechable para sala estéril

buzo

Las denominadas ‘sala blanca’ o ‘sala limpia’ (Cleanroom) son espacios que están dispuestos para reducir al máximo una posible contaminación y, aunque no se pueda alcanzar un nivel absoluto de limpieza, si son usadas correctamente podemos mantener la contaminación en unos niveles controlados y conocidos.

Cabe señalar que la fuente más probable de contaminación es el propio operario de la sala: de hecho, una parte muy esencial en el uso de este tipo de salas de ambiente controlado es la elaboración de protocolos adecuados de pulcritud.

Control de las condiciones

Existen muchos modos de poder controlar las condiciones de operación dentro de este tipo de espacios como puede ser: aire limpio y/o estéril, el cual se renueva varias veces por hora; la presión interna de las salas, la cual es ligeramente superior a la del exterior para impedir que haya un flujo de aire hacia el interior; las paredes suelen estar recubiertas de vinilo para ofrecer superficies totalmente continuas y sin ranuras; superficies diseñadas con formas curvas para evitar la acumulación de polvo; el uso de filtros HEPA de alta eficiencia, los cuales retienen el 99,97% de partículas de 0,3 micras presentes en el ambiente; y, por último, pero no menos importante, son los flujos de materiales, de personal y la gestión de estos residuos, los cuales deben estar supervisados al máximo para minimizar cualquier riesgo de contaminación cruzada o proveniente desde el exterior.

En definitiva, podemos decir que las salas blancas son imprescindibles en aquellos ambientes en los que se requiera una asepsia extraordinaria en higiene, como puede ser el caso de la industria farmacéutica, alimentaria o cosmética. Pero también hay sectores que requieren el uso de este tipo de salas blancas, que son aquellos relacionados con el campo de la investigación o técnico como el químico, el biológico, así como en hospitalario, tanto para humanos como veterinarios, con el fin de minimizar las contaminaciones biológicas o químicas.

Lo que conseguimos con este tipo de salas y medidas es: evitar contaminaciones cruzadas reduciendo el paso a los aerosoles portadores de contaminación de otras secciones de un laboratorio; la protección de productos intermedios para impedir que estos sean degradados por los propios productores y eludir el crecimiento de posibles cepas que pudieran afectar al producto final (la protección de productos sensibles de microorganismos que los degradarían); y proteger frente aerosoles agresivos, ya que la sala funciona como barrera de contención frente al paso de partículas de polvo que pudieran interferir en proyectos delicados, incluso pudiendo llegar a causar daños irreparables al producto final.

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