David Solana Boto Responsable del Servicio Prevención Propio Sertradec

La formación en materia Covid-19: una de las principales herramientas para evitar la propagación en el sector cárnico

sector carnico

El año 2020 ha supuesto un antes y un después en lo que se refiere a la prevención de riesgos en general, y a la posición de primera línea ocupada por los Servicios de Prevención de Riesgos en las empresas en particular. Si a esto le añadimos, la pertenencia a un Servicio de Prevención Propio de una empresa del sector cárnico, considerado desde el inicio del Estado de Alarma el 14 de marzo de 2020 como sector esencial, y por lo tanto, a todos sus trabajadores y trabajadoras como esenciales, obtenemos una mezcolanza de estoicismo e incertidumbre total ante los acontecimientos, sin desmerecer por supuesto a los que verdaderamente se confirmaron como los héroes de carne y hueso de la lucha contra la pandemia que fueron todos aquellos que formaron y forman parte del sector sanitario y afines.

Desde el inicio de la pandemia, la formación e información en materia Covid-19 se convirtió en la principal herramienta de lucha para evitar la propagación del virus. Contábamos, eso sí, con algo de ventaja con respecto a otros sectores esenciales, y es que la propia naturaleza de la actividad exigía antes de la Covid-19 unos procedimientos y reglas de higiene y limpieza impuestas por las normas de calidad que facilitaron la adaptación a la nueva situación. De hecho, la ropa de trabajo empleada consistía ya en monos de trabajo con burka que dejaba solo al descubierto los ojos del trabajador/a, y, además, se empleaban en todo momento guantes de nitrilo. Está claro que no era suficiente para evitar la propagación, pero sí que constituía un primer paso óptimo para cuando llegaran mascarillas y pantallas faciales para todos.

Con todo lo anterior no estoy diciendo que no se prestara atención a la formación del artículo 19 en lo que respecta a la evitación de los principales riesgos del sector: cortes, caídas al mismo nivel y trastornos musculoesqueléticos que constituían el 70 % de la siniestralidad laboral en la industria cárnica. Lo que ocurría era que el miedo al Covid-19 y a la posible existencia de un brote en un centro de trabajo diluía todo lo demás, y la mayor parte de los esfuerzos se dirigían a evitar la propagación del virus, a la búsqueda de las soluciones en materia de protección laborales más eficientes de protección contra el virus, localización y rastreo de casos, detección de contactos estrechos, colaboración con los Servicios de Vigilancia de la Salud y autoridades sanitarias, etc.

Herramientas fundamentales

La coordinación de actividades empresariales constituía otra de las herramientas fundamentales en la gestión y lucha contra la pandemia. Al pertenecer a una empresa que prestaba sus servicios en empresas cliente, la colaboración en materia Covid-19 con el propietario de las instalaciones en la búsqueda de soluciones organizacionales, técnicas y materiales supuso el día a día de la actividad preventiva. Allí donde se pudo reducir el número de empleados por línea para garantizar la ansiada distancia física, se hizo. Donde no fue posible por cuestiones de producción, se instalaron separadores de metacrilato entre trabajador y trabajador. Donde no había posibilidad de implementar las mejoras anteriores, se reforzaron las medidas de protección proporcionando además de mascarillas higiénicas, pantallas de protección facial.

Los descansos y pausas en la actividad laboral constituían el momento de la jornada donde las probabilidades de contagio eran más elevadas ya que durante estos periodos los trabajadores fumaban, comían y bebían. Los descansos se escalonaron para evitar la masificación de empleados en los comedores y vestuarios. Se adaptaron estas instalaciones colocando separadores y anulando asientos contiguos. En algunos centros, se formó a trabajadores para que realizaran trabajos exclusivamente de vigilancia Covid-19 con objeto de velar por la separación entre los trabajadores al ir y venir de las líneas, evitar tapones en zonas críticas como accesos a vestuarios y comedores, o en los vados sanitarios, así como en exigir la etiqueta respiratoria en todo momento, llamando a su cumplimiento si era necesario.

Tecnología y formación en el sector cárnico

La tecnología también se puso al servicio del control de la pandemia, desde controles térmicos a la entrada de los centros de trabajo, hasta información continuada en las televisiones de los comedores, vestuarios y zonas de paso mostrando reglas y hábitos de trabajo seguros.

La formación e información en materia Covid-19 mencionada al inicio de este artículo, intentó ir más allá del propio ámbito laboral, intentando concienciar también a los trabajadores/as en los desplazamientos al ir y venir del trabajo, y en la vida extra-laboral de cada empleado.

Todo el trabajo realizado por los profesionales de los servicios de prevención de las empresas durante la pandemia ha permitido revalorizar el papel de la prevención dentro de las mismas. Los prevencionistas han sido los protagonistas de su propio éxito, y nos corresponde a nosotros mismos mantenerlo, para no volver de nuevo a la casilla de inicio.