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Francisco Javier Gago Arto Especialista en seguridad y salud en el sector energético

Mercenarios de la energía

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Hace tan solo unos días, durante una reunión de trabajo, comprobé que el gran fallo de nuestro sector sigue siendo el mismo. Me explico. Tras dieciséis años como prevencionista, he tenido el placer de trabajar en la industria energética: desde plantas nucleares a energía renovable o petróleo y gas entre otros. Pero en todas las instalaciones he encontrado un factor común (creo que ya sabes de lo que estoy hablando): los trabajadores eventuales. Cada uno los llama de una forma, recargueros, subcontratas, montadores… “Mercenarios” es la mejor denominación que podemos tener, ya que yo me incluyo en este grupo. Gente que vamos saltando de un proyecto a otro y nunca sabemos dónde estaremos dentro de una semana o un mes.

Personalmente, creo que son el motor que mueve a la industria energética. Durante las épocas de operación y mantenimiento, el personal fijo de las plantas o instalaciones es suficiente. Pero, ¿qué pasa cuando llegan esas épocas de trabajos de mantenimiento o recarga en parada? Las grandes empresas sacan su agenda y empiezan a hacer sonar teléfonos para cubrir puestos especializados según las necesidades. Son los refuerzos para la gran batalla. Hablo de batalla, puesto que nuestra guerra es volver a poner la instalación operativa en el menor tiempo posible, ya que tenía que estar funcionando al cien por cien ayer.

Baja calidad

El problema suele venir cuando a ese soldado especializado, por el mero hecho de ser eventual, se le entregan equipos de protección individual de baja calidad o incluso nula. Por no hablar de la formación, que, en algunas ocasiones y aprovechando que ya tenemos el certificado de otras veces, nos lo ahorramos. He llegado a escuchar la frase: ¡para lo que nos va a durar! Reconozco, que fue un duro golpe después de haber encontrado a un trabajador rebuscando en un cubo de basura en busca de unas gafas de seguridad para poder protegerse mientras ejecutaba un trabajo de riesgo.

¡Qué curioso! Aunque solo fuese a trabajar unas horas en la empresa, la ley no hace excepciones en lo que el empresario debe aportar a ese trabajador. Pero todos los que hemos trabajado en el sector sabemos que esto ocurre casi a diario.

Está claro que los precios cada vez están más ajustados y las empresas tienen que mirar el gasto con lupa para obtener beneficios. Y está claro que nuestros trabajadores eventuales tienen que hacer de tripas corazón. Pero esto no afecta a estas dos partes solamente. Debemos tener en cuenta que, legalmente, el responsable principal ante la ley es el propietario de la instalación o contratista principal. ¿Qué quiero decir con esto? Simplemente, que las grandes empresas tienen que empezar a hacer hincapié sobre esta parte de su negocio como un problema propio, puesto que, realmente, lo es. ¿Crees que ya lo hacen? Puedo asegurarte que sí, pero en la cabeza de las subcontratas y más aún de los “mercenarios”, el cometido de su trabajo es batallar con los problemas y solucionarlos, no aportar más.

Error común

Hay un error común en muchos lugares: mientras en un tablón de anuncios se anuncia a bombo y platillo que la planta lleva 400 días sin accidentes, en la habitación de al lado un joven se está poniendo cinta aislante sobre un corte para que nadie le vea y no ser despedido.

Entonces, ¿el problema es solo de las empresas? Ni mucho menos: nosotros tenemos que empezar a comunicar todos los sucesos, solicitar la formación mínima en seguridad y salud además de los equipos de protección adecuados.

Aquí es donde aparece el gran “enemigo” del eventual. “Pero, si levanto la mano y destaco del resto de mis compañeros, la empresa me va a tachar de la lista y no volverá a llamarme”. Sinceramente, creo que esto son cosas de la vieja guardia. No digo que no queden responsables o incluso empresas con estos ideales, pero creo son los menos y es tarea de todos conseguir que esas formas de ver a las subcontratas y a los trabajadores eventuales, solamente sean un recuerdo del pasado.

Nuestro sector es uno de los más seguros y en los que más implementación de medidas o procedimientos de seguridad existen. ¿Cuál es el problema entonces? Siempre podemos mejorar en algunos aspectos y creo que, actualmente, este es uno de los puntos en los que podemos incidir para intentar acercarnos a la excelencia en prevención de riesgos.

Algún día, conseguiremos que el ejército de “mercenarios” tenga y se sienta con los mismos derechos y responsabilidades que los trabajadores habituales.