Jose Ramón De Diego Bastida Responsable de PRL y Medioambiente Grupo Satuerca

Salud laboral en la industria de automoción

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Si bien la industria de automoción es un campo amplio y la situación puede ser muy diferente de una empresa a otra, si me centrase en la pequeña y mediana empresa nacional del sector podría extrapolar sin equivocarme mucho (creo) que la situación de la prevención puede ser mejor que otros sectores (construcción, servicios…) teniendo en cuenta, que por lo que yo he visto, siempre nos hemos centrado en la gestión o reducción de los riesgos físicos del trabajo.

Dos retos

Si tuviera que proponer dos retos importantes de prevención también en este sector, serían los que menciono a continuación.

El primero, conseguir que se integre la prevención de una mejor manera dentro del día adía de la empresa, teniendo en cuenta en la toma de decisiones todos los posibles aspectos positivos y negativos que afectan al trabajador. Es cierto que muchas veces se intenta, pero por falta de medios o tiempo, se acaba por “tirar por la calle del medio” y luego hay que intentar corregir a posteriori algunas de las decisiones.

El segundo, y en el que me voy a centrar, es la gestión de los riesgos psicosociales, que cada vez están más en boca de todos. Teniendo en cuenta que es un tema que salvo raras excepciones en el mundo industrial se ha dejado de lado, es un campo en el que hay un gran margen de mejora.

Creo es un tema que da bastante miedo a las empresas, primero porque se tiene miedo a los resultados de la evaluación y después porque las acciones a desarrollar suelen ser aquellas que implican la gestión y el trabajo con los trabajadores y eso suele requerir bastante trabajo y paciencia.

Sin embargo y visto los resultados e incluso el proceso que hemos llevado en nuestra empresa, animo a todo el mundo a que lo desarrolle, eso sí, sin juicios previos de valor y manteniendo la “cabeza fría”.

En nuestro caso, una vez roto el miedo a iniciar el proceso y asesorados por nuestro SPA, comenzamos con la evaluación de uno de nuestros centros (luego han ido los demás), intentando ser lo más metódicos y sin precipitarnos en los diferentes pasos, inicialmente en consenso con los representantes de los trabajadores –en nuestro caso los delegados de prevención a través del comité de seguridad– informando de lo que se pretendía y llegando a un acuerdo sobre los grupos de análisis, metodología de evaluación, pasos a seguir…

Posteriormente tuvimos que hacer una ronda de charlas informativas a los trabajadores para explicarles también el proceso y de paso romper la posible desconfianza que existía en este tema, por diferentes motivos (evaluaciones previas sin resultados aparentes, suspicacias en la confidencialidad de las respuestas…). Con esto, y una vez que nos plantamos en la realización de las encuestas, se consiguió que la participación fuera muy buena, casi el 100 % de los trabajadores del centro. Eso nos daba la seguridad de que la muestra era representativa y que los datos eran suficientemente sólidos.

Esto nos llevó a un informe preliminar que nos daba una foto “borrosa” de los resultados pero que nos dejaba ya claros algunos puntos a abordar en la siguiente fase.

Grupos de trabajo

Lo siguiente era formar grupos de trabajo, en este caso reducidos (3 ó 4 personas) para aclarar los resultados de cada grupo de análisis. Quiero remarcar que las personas elegidas para esta segunda fase eran por supuesto voluntarias y también se había consensuado con los delegados y la dirección de personal.

Tras dichas reuniones se consigue un informe final donde se establecen los puntos más importantes de actuación a futuro. Lo bueno de hacer este proceso así es que las acciones a realizar son bastante concretas, no voy a decir fáciles, pero sí que están llevadas a la realidad de empresa.

No voy a entrar en las acciones nos salieron a nosotros. Lo que sí quiero comentar es que principalmente se pone sobre blanco y negro lo que “en los pasillos y corros” se comenta y no se resuelve nunca.

Como parte final del proceso el informe definitivo, se debate en el comité y se determinan por consenso las líneas principales de actuación a futuro. Estas acciones para que no se pierdan se deberían llevar a la planificación (preventiva/acciones del comité…).

A mi modo de ver, es muy importante que se traslade el resultado el informe (no el informe en sí) y las acciones a realizar a todos los trabajadores. En este caso, sería un error en mi opinión que quedara solo en comentarlo internamente con los representantes de los trabajadores.

En nuestro caso, volvimos a realizar charlas con todos los turnos para explicar el resultado final y dichas acciones a realizar.

Todavía estamos implantando algunas de las que salieron; otras ya están realizadas.

Son acciones que llevan bastante tiempo, pero a larga se trata de reducir el estrés por estos temas, el tiempo perdido en hablar siempre de lo mismo sin resolver y eliminar, o por lo menos reducir, el desgaste interno entre los trabajadores por estos temas.

Creo que un tema que va más allá del legal: se trata en mi opinión, de trabajar mejor.