Dr. Germán Gallardo.
Germán Gallardo Titulado Superior del Servicio de PRL y Unidad de Protección Radiológica Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

La gestión de los residuos peligrosos en la empresa

Gestión de los residuos peligrosos.

Una correcta gestión de los residuos que genera la empresa debe formar parte del sistema general de gestión de toda organización comprometida no solo con la protección responsable del medio ambiente, sino con la prevención de riesgos laborales. Y ello con el objetivo de garantizar la seguridad y salud de sus trabajadores, la conservación medioambiental y, por supuesto, el cumplimiento de la normativa vigente en materia de residuos. La búsqueda de la excelencia empresarial pasa de forma obligada por una apropiada gestión de sus residuos en general y de sus residuos peligrosos en particular. En este texto daremos una visión general de cómo efectuar una adecuada gestión de los residuos peligrosos generados en el proceso productivo de la empresa.

Según la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, un residuo es cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar. En esta misma normativa, queda definido el residuo peligroso como aquel que posee una o varias características de peligrosidad (características HP) de las que se enumeran en su Anexo III, modificado por el Reglamento 1357/2014, de 18 de diciembre. Además de esta legislación marco, existen una serie de residuos peligrosos que están sometidos a una normativa propia, tanto nacional como autonómica: residuos radiactivos o residuos sanitarios, entre otros. Por otra parte, la Ley 22/2011, en su artículo 6, establece que la determinación de los residuos que han de considerarse como peligrosos y no peligrosos se hará de conformidad con la Lista Europea de Residuos (LER) establecida en Decisión de la Comisión 2000/532/CE de 3 de mayo de 2000, modificada por la Decisión 2014/955/UE. En esta lista, los residuos peligrosos aparecen identificados mediante un asterisco.

Se deberá evitar el contacto directo con residuos peligrosos, utilizando para ello los equipos de protección individual cuando fueran necesarios

A partir de esta normativa, el paso clave que debe iniciar la gestión de los residuos peligrosos y que determinará las subsiguientes fases es su correcta identificación y clasificación. Para ello es necesario el análisis de los productos que adquiere y utiliza la empresa en su proceso productivo, así como de sus mezclas, pues a partir de ellos se generarán los diferentes tipos de residuos. En este sentido, la información suministrada en las fichas de seguridad de los diferentes productos (recabadas a través del propio proveedor o de repositorios internacionales o nacionales como el INSSBT) resulta muy útil para la determinación de las características y peligros de los residuos que se generan a partir de ellos.

La clasificación de los residuos peligrosos producidos por la empresa puede ser una tarea sencilla o compleja dependiendo del proceso productivo llevado a cabo y de la tipología y variedad de sus residuos. Su objetivo es asignar a todos los residuos peligrosos generados un código LER que los identifique y que permita asegurar el tratamiento adecuado de los mismos, tanto si este es realizado por la propia empresa o a través de un gestor autorizado.

En este punto, hay que hacer notar que una parte fundamental de la gestión de los residuos (peligrosos o no) es su minimización, que habrá de ser alcanzada a través del fomento de una adecuada cultura preventiva en todos los niveles de la organización. Entre las medidas a implementar para una eficaz minimización de los residuos peligrosos en la empresa se encuentran la optimización de la gestión del inventario de productos de carácter peligroso, la racionalización de compras, la reducción, reutilización y el reciclaje (las 3R) de productos y materiales peligrosos, o la aplicación de técnicas para la conversión de residuos peligrosos en otros no peligrosos. Todo ello con el objetivo de disminuir el potencial impacto sobre la salud de los trabajadores y el medio ambiente.

Gestión de los residuos peligrosos.

Correcta segregación

El siguiente paso deberá ser una correcta segregación de los residuos peligrosos, evitando mezclas que conduzcan a un aumento de la peligrosidad de los mismos o que dificulten su gestión final. Hay que evitar en todo momento mezclar residuos incompatibles, esto es, aquellos que al entrar en contacto generen reacciones violentas, calor, fuego, humos, gases tóxicos o inflamables, etc.

El envasado de los residuos peligrosos debe ser realizado siempre utilizando contenedores homologados que garanticen estanqueidad total, resistencia a la rotura, opacidad o no, dependiendo del tipo de residuos, asepsia en su exterior o cierre hermético de fácil apertura pero que no permita su apertura accidental, entre otros criterios. Una regla básica en el envasado de residuos peligrosos es que los envases no deberán llenarse más de un 85-90 % de su capacidad, facilitando de esta forma su cierre y manipulación en condiciones de seguridad.

Es indispensable que todo envase de residuos peligrosos quede correctamente etiquetado, de forma que su contenido esté perfectamente identificado para su traslado, almacenamiento y gestión final. El etiquetado de residuos peligrosos se regula en el artículo 14 del RD 833/1988, de 20 de julio, modificado en parte por distinta normativa posterior (Decisión 2014/955/UE, Reglamento 1357/2014, de 18 de diciembre, entre otras), de forma que en la etiqueta debe figurar: el nombre, dirección y teléfono del productor; el código LER y la descripción del residuo; el código HP y la descripción de la característica de peligrosidad; la fecha de envasado; y los pictogramas de la naturaleza de los riesgos que presenta el residuo, de acuerdo al Reglamento 1272/2008 del Parlamento y del Consejo, de 16 de diciembre, sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas.

Una regla básica en el envasado de residuos peligrosos es que los envases no deberán llenarse más de un 85-90 % de su capacidad

Una vez envasados y etiquetados, los residuos peligrosos deben ser almacenados temporalmente en el lugar de producción hasta su recogida, transporte y tratamiento final según la normativa aplicable. Es obligación del productor almacenar sus residuos en condiciones adecuadas de higiene y seguridad, en el caso de los residuos peligrosos, por un máximo de seis meses, a excepción de aquellos tipos de residuos que sean regulados por normativa propia (como el caso de los sanitarios).

Formación

De especial importancia, en cuanto a la prevención de riesgos, es la formación adecuada de todos los trabajadores implicados en el proceso de gestión de los residuos peligrosos. Se deberá evitar el contacto directo con este tipo de residuos, utilizando para ello los equipos de protección individual cuando fueran necesarios (guantes, gafas, mascarillas, etc.). Para su transporte, se tomarán las medidas requeridas para una correcta manipulación manual de cargas, utilizando carretillas u otros medios adecuados a la carga a transportar y usando siempre rutas alejadas del tránsito habitual de personas, evitando así posibles situaciones de riesgo.

El paso clave que debe iniciar la gestión de los residuos peligrosos y que determinará las subsiguientes fases es su correcta identificación y clasificación

Para terminar, hay que señalar que se debe procedimentar todo el proceso de gestión y formar e informar a todo el personal implicado de cuáles son sus responsabilidades y funciones dentro del mismo.

Por último, hay que remarcar que el productor es el responsable de la gestión de sus residuos hasta el momento que los transfiere al gestor autorizado encargado de su tratamiento final. Esta gestión responsable de los residuos peligrosos generados por la empresa debe impulsarse a través de una apropiada cultura preventiva como un compromiso, por un lado, con la seguridad y salud de los trabajadores y la población en general y, por otro, con la preservación y sostenibilidad del medio ambiente.